FÚTBOL SEGUNDA DIVISIÓN

El Rayo encaja su primera derrota ante el Mérida

El Rayo Vallecano perdió la imbatibilidad en Mérida. Hizo méritos para ello. Vidal se lamenta frente a quienes le acusan de concebir el fútbol como el arte de la defensa. Después, para seguir dando la razón a los depredadores de su táctica, su equipo aparece sobre el césped con una extraña estrategia. Onésimo y Carvajal, solos frente a las legiones romanas, mientras que el resto de sus hombres se atrincheran atrás, a la espera del enemigo. Y por medio, el vacío. "Defendimos demasiado atrás", se quejó con amarga justificación. "Esa no era la consigna. Hay que arriesgar mas, porque sin go...

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El Rayo Vallecano perdió la imbatibilidad en Mérida. Hizo méritos para ello. Vidal se lamenta frente a quienes le acusan de concebir el fútbol como el arte de la defensa. Después, para seguir dando la razón a los depredadores de su táctica, su equipo aparece sobre el césped con una extraña estrategia. Onésimo y Carvajal, solos frente a las legiones romanas, mientras que el resto de sus hombres se atrincheran atrás, a la espera del enemigo. Y por medio, el vacío. "Defendimos demasiado atrás", se quejó con amarga justificación. "Esa no era la consigna. Hay que arriesgar mas, porque sin goles no se asciende". La cosa funcionó por momentos. El Mérida era incapaz de romper la opresión. Aquello aparecía como una creación surrealista. Al final del primer tiempo, el resultado no podía ser más ridículo: un tiro a puerta por cada equipo.Y lo curioso es que el Mérida y el Rayo se presentan como serios aspirantes al ascenso, pero desde perspectivas distintas. El Rayo cubre una nueva travesía del desierto en una categoría de la que quiere huir a toda costa. No subir sería un fracaso. Ayer puso de manifiesto sus graves carencias y las dificultades que encontrará para ganar partidos.

El Mérida ya ha cumplido el ciclo de recién llegado, cuando mantenerse era todo un éxito, y la afición pide algo más: el sueño de ser el primer equipo extremeño que alcance la división de honor. Ayer superó una minicrisis y el triunfo le permite seguir arriba. Ambos conjuntos están sometidos a movimientos compulsivos, y tanto Kresic como Vidal lo saben. Ayer, el Rayo Vallecano fue el peor.

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