La lejanía de las elecciones hace caer el voto del PP e IU, mientras el PSOE se mantiene
Los españoles adoran el becerro de oro, aunque con muy mala conciencia
La intención de voto explícita al Partido Popular e Izquierda Unida ha caído hasta el 20% y el 8,1%, respectivamente, mientras que el electorado del PSOE continúa estable en el 20,2%, según revela el Barómetro de Otoño realizado por Demoscopia para EL PAÍS. El alejamiento de las elecciones europeas de junio parece provocar este descenso, que revela dificultades de identificación con las formaciones de José Manía Aznar y Julio Anguita entre el electorado potencial de ambos. El fenómeno contrasta con la fidelidad del votante socialista. La intención de voto al PSOE superior al 20% sobre el censo...
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La intención de voto explícita al Partido Popular e Izquierda Unida ha caído hasta el 20% y el 8,1%, respectivamente, mientras que el electorado del PSOE continúa estable en el 20,2%, según revela el Barómetro de Otoño realizado por Demoscopia para EL PAÍS. El alejamiento de las elecciones europeas de junio parece provocar este descenso, que revela dificultades de identificación con las formaciones de José Manía Aznar y Julio Anguita entre el electorado potencial de ambos. El fenómeno contrasta con la fidelidad del votante socialista. La intención de voto al PSOE superior al 20% sobre el censo equivale al 30% obtenido en las europeas.
La valoración de los españoles sobre los líderes políticos también sufre una caída. Julio Anguita pierde el primer lugar que obtuvo hace tres meses, y ni si quiera el presidente del Gobierno, Felipe González, consigue el aprobado, aunque recupera la primera plaza.La percepción de la economía tiende a mejorar, aunque aún son mayoría los que creen que es mala. La actitud de los españoles ante el dinero y el éxito es contradictoria. Los españoles siguen adorando al becerro de oro, incluso con más intensidad que en 1988, en pleno boom económico.
Ocho de cada diez ciudadanos opinan que la gente sólo piensa hoy en vivir mejor y en ganar como sea más dinero. Una abrumadora mayoría cree que el móvil general es el dinero, aunque una mayoría similar considera rechazable esa actitud.