Un compromiso lúdico

La diversión y la ideología se funden en la 18ª edición de la fiesta del PCE

Actuaciones rockeras, recitales flamencos, teatro, coloquios, declamaciones poéticas, copas y comida... La lista de actividades previstas para los tres días que dura la fiesta del PCE es exhaustiva y atractiva. Pero muchos de los miles de seguidores -de Madrid y de fuera- que acudieron ayer al recinto ferial de la Casa de Campo no iban sólo a divertirse o a cultivarse."Vengo a pasarlo bien, pero también a charlar, a conocer a gente que ve las cosas igual que yo", decía José María Villar Domínguez, de 20 años, recién llegado de Sevilla. Y no era el único. Plantarse en la fiesta del PCE era, par...

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Actuaciones rockeras, recitales flamencos, teatro, coloquios, declamaciones poéticas, copas y comida... La lista de actividades previstas para los tres días que dura la fiesta del PCE es exhaustiva y atractiva. Pero muchos de los miles de seguidores -de Madrid y de fuera- que acudieron ayer al recinto ferial de la Casa de Campo no iban sólo a divertirse o a cultivarse."Vengo a pasarlo bien, pero también a charlar, a conocer a gente que ve las cosas igual que yo", decía José María Villar Domínguez, de 20 años, recién llegado de Sevilla. Y no era el único. Plantarse en la fiesta del PCE era, para casi todos, más que aprovechar un rato de ocio. Era toda una declaración de principios. De solidaridad y de confianza en unas ideas.

Conjeturas

"La gente viene para solidarizarse con nosotros, para que todos juntos demostremos cuál es la opinión del PCE y de sus simpatizantes sobre lo que sucede en el país y en el mundo", conjeturaba Víctor Díaz Cardiel, de 57 años, director de la edición de este año.

Hacia las seis de la tarde, apenas empezada la fiesta una hora antes, su cara expresaba una satisfacción contenida. Pese a los nubarrones que colgaban sobre el recinto, chicos y mayores comenzaban a acercarse. "Llevamos vendida, sólo en Madrid, una buena cantidad de los 60.000 bonos de tres días que hemos puesto en circulación", afirmaba. "Y esperamos doblar, por lo menos, las 20.000 personas diarias de la edición del año pasado", añadía.

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Las horas se empeñaron en no dejarle mal, y los pocos del principio se convirtieron, según se hacía de noche y la lluvia no llegaba, en hileras humanas.. Cuando, a las nueve y media, el grupo asturiano Los Ilegales comenzaron sus aceradas descargas, la algarabía era general. Y siguió con los gallegos de Siniestro Total.

Viejos militantes, punkis con litronas y padres de familia. Todos paseaban entre puestos y carpas. Unos con camisetas con la famosa foto del Che Guevara; otros con pegatinas con la leyendas "0,7% ya" o "desnuclearización". Los más jóvenes se arremolinaban con preferencia junto al chiringo de las Juventudes Comunistas y las carpas que albergaban a nuevos movimientos sociales (27 grupos no gubernamentales en total, desde Greenpeace hasta Médicos sin Fronteras) y a los puestos de organizaciones consagradas a hacer oír la voz de pueblos oprimidos o marginados. Los mayores se presentaban más en la carpa de la poesía, en los coloquios y mítines, o en las casetas de libros. El caso es que nadie paraba.

Había también tiempo y espacio para las curiosidades. Como el menú 50 años bastan que ofrecía el Rincón Latino: frijoles nicaragüenses y carne argentina. La recaudación -cada menú valía 900 pesetas- servirá para financiar una campaña contra instituciones tan típica y trágicamente capitalistas como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio.

Cerca estaba El rincón de Jerusalén. Gestionado por la comunidad hispano-palestina Jerusalén y el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, en él se podía escribir un mensaje a Palestina (en una hoja en la pared), además de degustar delicias gastronómicas árabes, como la shawarna (carne cortada a tiras) o el falafel (una especie de empanadillas).

"Es la primera vez que participamos en esta fiesta, porque nos parece una buena oportunidad para dar a conocer lo que sucede en el mundo árabe y demostrar que hay gente que se mueve por lo que cree", comentaba Adela Rodríguez, de 33 años, miembro del Comité. "No todo es apatía o desesperanza", apostillaba.

Caras conocidas

De aquí y de allá despuntaban caras conocidas, como la del director de cine Juan Antonio Bardem o la del ex secretario general de CC OO, Marcelino Camacho, que no paraba de dar la mano a diestro y siniestro, especialmente a varios de los 54 delegados extranjeros presentes, casi todos de antiguos países comunistas del este europeo.

"He venido porque no hay que dejar de recordar y celebrar que las ideas que dieron nacimiento al PCE aún sobreviven", comentaba el veterano luchador por las libertades. "Y más en estos momentos, cuando estamos al final de un ciclo, cuando se ha visto que tanto el capitalismo como el totalitarismo soviético han fracasado".

Arenga entre músicas

El plato fuerte de la jornada de hoy en la fiesta del PCE es el discurso que el secretario general del partido y coordinador general de IU, Julio Anguita, pronunciará esta noche, sobre las nueve. Según Víctor Díaz Cardiel, organizador del acontecimiento, la cosa tendrá interés. "Va a decir muchas cosas y muy fuertes sobre González y Pujol", apuntaba ayer.

Antes habrá actuado Javier Krahe -habitual en este tipo de actos-, y pondrá el broche el altísimo rocker catalán Loquillo, acompañado -no podía ser de otra manera- por Los Trogloditas. Mañana, las estrellas son Pablo Milanés, adalid de la nueva trova cubana, y el grupo Suburbano, comprometidos donde los haya.

Pero no sólo los que ocupan el escenario grande merecen atención: cantaores flamencos, grupos folclóricos latinoamericanos y charangas proporcionan, junto a la música enlatada, un hilo musical de lo más internacional, que puede escucharse mientras se come o se toman copas.

Y todo por 1.000 pesetas al día, lo mismo que cuesta el bono habilitado para toda la fiesta, que se inicia cada día a las cinco de la tarde y concluye a las tres de la madrugada. Todos los actos -no sólo los musicales; también charlas, declamaciones, exposiciones y mítines- se anuncian antes por megafonía.

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