Un cambio sin seísmo

Míchel fue sustituido en el descanso el pasado martes por primera vez en 10 años

Nadie se sobresaltó, ni el asunto, mereció grandes, comentarios. Algunos ni se percataron. Un periodista hizo la pregunta de rutina en la tribuna de prensa: "¿Algún cambio?". "Amavisca ha entrado por Michel", le contestó un colega. "Ah, bien". Y apuntó el cambio en su cuartilla. En el clima de normalidad que vive el Madrid en estos días, la sustitución fue interpretada como un ejercicio natural. Un jugador sale y otro entra. ¿No estaba Butragueño en el banquillo? Pero la decisión de Valdano tenía un carácter novedoso y una lectura significativa. "Nunca me han sustituido en el medio tiempo" rec...

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Nadie se sobresaltó, ni el asunto, mereció grandes, comentarios. Algunos ni se percataron. Un periodista hizo la pregunta de rutina en la tribuna de prensa: "¿Algún cambio?". "Amavisca ha entrado por Michel", le contestó un colega. "Ah, bien". Y apuntó el cambio en su cuartilla. En el clima de normalidad que vive el Madrid en estos días, la sustitución fue interpretada como un ejercicio natural. Un jugador sale y otro entra. ¿No estaba Butragueño en el banquillo? Pero la decisión de Valdano tenía un carácter novedoso y una lectura significativa. "Nunca me han sustituido en el medio tiempo" reconocía ayer Michel. Durante los últimos 10 años, Michel se ha afirmado como el punto de referencia esencial del Real Madrid. Le ha ayudado su clase, su físico y la fortuna. Su calidad le ha permitido saltar sobre el mito de Butragueño y abanderar el equipo. Del físico no se puede quejar. Diez años en la cumbre sólo son posibles con la protección de un buen chasis. Y también se ha sentido protegido por la fortuna.Sin lesiones de relevancia, Michel ha forjado un personaje que va más allá de sus cualidades como jugador. Es el ocho del Madrid, un jugador de apariencia incombustible. Ha estado allí en los buenos y en los malos tiempos. Con Amancio, Molowny, Beenhakker, Toshack, Di Stéfano, Antic, Floro y ahora Valdano. Un intocable. La decisión de Valdano tiene esa vertiente simbólica. Nadie ha librado tantas batallas por la quinta como Jorge Valdano. Les defendió cuando era Jugador, después desde la prensa y luego como entrenador. Su proximidad con ellos también le afecta en el aspecto personal.

Ha sido su compañero y ha mantenido con el grupo una relación de gran amistad. Esta cercanía llegó a interpretarse desde algunos sectores como un obstáculo en la aproximación de Valdano a su trabajo como entrenador del Madrid.

Sin dramatismo

La sustitución de Michel adquiere su verdadera trascendencia desde esa vertiente. Era difícil sospechar que el juicio de Valdano se viera mediatizado por los sentimientos personales, pero el manejo de un grupo tan característico como la quinta podía servir para valorar su tacto como entrenador. Sus primeras decisiones han servido para desmitificar una opinión mayoritaria en la prensa y el madridismo. Butragueño es suplente y Michel acaba de recibir la noticia de su primera sustitución en el medio tiempo. Todo sin dramatismo.La reacción de los jugadores ha sido extraordinariamente templada. Ninguna declaración extemporánea, ninguna crítica abierta o soterrada. Todo muy lejos del conflicto que se suponía cuando se llegara a este punto. Michel no negaba ayer la crudeza del cambio: "La verdad es que me sorprendió, aunque es verdad que no estaba jugando bien". Lejos de torcer la verdad, admitió que la sustitución se debió a cuestiones estrictamente futbolísticas. "No tenía ninguna lesión, ni me sentía incómodo en el partido", dijo.

Y luego añadió: "Hay que tomarse las cosas como son". Seguramente estaba dolido, pero no hizo reproches. ¡Contra el pronóstico de muchos, la decisión de Valdano no ha producido ningún seísmo. La quinta no es intocable. Dos mitos cayeron el martes en Chamartín.

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