Mujer, torera y de Parla

Cristina Sánchez triunfa en la plaza de su pueblo

"Es mujer, de Parla y no se avergüenza de ninguna de las dos cosas", así explica Amalia, de 42 años, la expectación que despertó ayer la novillera Cristina Sánchez en la plaza de toros de esta localidad. Cerca de tres mil personas se dieron cita ayer en la plaza de Parla (71.125 habitantes) para aclamar a la novillera local. Presentada en el cartel como la máxima figura de las mujeres toreras". Cristina, de 22 años, regresaba a su casa como novillera dejando atrás un polémico tira y afloja por su elevado caché. La postura del equipo de gobierno -"un novillero no puede cobrar como un matador"- ...

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"Es mujer, de Parla y no se avergüenza de ninguna de las dos cosas", así explica Amalia, de 42 años, la expectación que despertó ayer la novillera Cristina Sánchez en la plaza de toros de esta localidad. Cerca de tres mil personas se dieron cita ayer en la plaza de Parla (71.125 habitantes) para aclamar a la novillera local. Presentada en el cartel como la máxima figura de las mujeres toreras". Cristina, de 22 años, regresaba a su casa como novillera dejando atrás un polémico tira y afloja por su elevado caché. La postura del equipo de gobierno -"un novillero no puede cobrar como un matador"- hizo peligrar su presencia. Finalmente figuró.

Cuando Cristina salió a torear, la plaza le dedicó una gran ovación. El público coreó entusiasmado cada pase. Son muchas las vecinas de Parla que siguen a Cristina por encima de la ortodoxia taurina.

En uno de los lances, la torera se golpeó con una banderilla en el rostro y toda la plaza se quejó. Luego entró a matar y el público enmudeció. "Matar es lo único que hace en la plaza como una mujer", sentenció sin reparos un aficionado. Tras el tercer pinchazo, la plaza continuó animando. Afortunadamente, la novillera mostró con el descabello la habilidad que le había faltado con la espada.

Alberto López, de 52 años y aficionado -"de los de abono en Las Ventas' asegura que Cristina ha eliminado el componente exótico de ser mujer y torera: "No es como ésas de los setenta que sólo iban a lucir el tipo".

Cristina, más centrada con el segundo novillo, propició que arreciaran los gritos de "guapa" coreados con acompañamiento musical. Tras entrar a matar por segunda vez y dejar una media estocada, celebrada con entusiasmo, la torera pudo completar la vuelta al ruedo.

El presidente, reticente a conceder la oreja, fue despedido con gritos de "machista" por parte del público femenino.

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