El olimpismo del siglo XXI, a debate

El Congreso del Centenario y la 103ª sesión perfilarán el programa olímpico del futuro

El olimpismo vivirá estos días en ' París. unas jornadas que se recordarán como el impulso definitivo al movimiento que restauró el barón Pierre de Coubertin hace 100 años. El Congreso Olímpico del Centenario reunirá desde mañana a más de 2.000 personas que aportarán las últimas ideas al olimpismo moderno con vistas al siglo XXI. El anterior congreso de Baden-Baden, en 1981, fue elpunto de inflexión para acabar con el dogma del amateurismo y ganar la batalla de la economía, el prestigio y la unidad. Conseguido esto, falta adaptar el programa de los Juegos Olímpicos a los nuevos tiempos.
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El olimpismo vivirá estos días en ' París. unas jornadas que se recordarán como el impulso definitivo al movimiento que restauró el barón Pierre de Coubertin hace 100 años. El Congreso Olímpico del Centenario reunirá desde mañana a más de 2.000 personas que aportarán las últimas ideas al olimpismo moderno con vistas al siglo XXI. El anterior congreso de Baden-Baden, en 1981, fue elpunto de inflexión para acabar con el dogma del amateurismo y ganar la batalla de la economía, el prestigio y la unidad. Conseguido esto, falta adaptar el programa de los Juegos Olímpicos a los nuevos tiempos.

El XII congreso servirá de espaldarazo, como última consulta, a los planes que el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, y su comisión ejecutiva vienen ya perfilando desde hace unos- años. -El gigantismo de los Juegos, el gran éxito económico del mayor acontecimiento deportivo mundial, requiere un control y unos retoques imprescindibles para que el magnífico negocio continúe en alza sin írsele de las manos al COI. Y el producto debe actualizarse en el programa de deportes para no defraudar a los nuevos clientes de modalidades en alza. Samaranch aprovechó, al año siguiente de ser elegido presidente en 1980 en Moscú, el foro de Baden-Baden para buscar la fuerza que le permitiera llevar adelante con el mayor consenso posible sus primeros planes de modernizar el olimpismo. Entonces eran la hipocresía del amateurismo marrón y los boicoteos políticos los que podían terminar por convertir los Juegos Olímpicos en uña competición sin, interés. Corrían peligro de quedar fuera los mejores atletas profesionales y el movimiento olímpico a merced aún más del capricho de las grandes potencias. Pero la batalla del interés se saldó con una clara victoria, incluida la clave televisiva, y en la política el olimpismo tuvo la fortuna de que llegara la distensión.

."Unidos por y para el deporte" fue el lema del XI congreso, en 198 1. La unidad ha sido siempre la obsesión del presidente del COI, y ha ido consiguiéndola con su habilidad al, dar mayor protagonismo a las federaciones internacionales y a los comités olímpicos nacionales.

Ahora, lograda esa unidad y consolidado su liderazgo personal sin más oposición que la envidia anglosajona por el poder latino extendido en la cúpula del deporte, Samaranch está en el momento de dejar su legado para el año 2000. Elabandonará definitivamente la presidencia en 1997 y quiere perpetuar el proceso.

El olimpismo aún arrastra el lastre de tradiciones y modalidades dificilente compatibles con la sociedad moderna. Pero resulta curioso que su organización con miembros elegidos a dedo y en una gran parte sin la debida cualificación para decidir ya en una empresa gigantesca, no sea todavía el mayor problema. Lo sería, justamente, el cambio, porque supondría demasiados problemas personales. Para no tenerlos, Samaranch ha preferido potenciar la comisión ejecutiva y convencer de que eso es lo más operativo, sin desmerecerles, al resto de los 89 miembros que componen el COI.

En esta ocasión, por ejemplo, como en las anteriores, el congreso será consultivo, y la siguiente 103ª sesión, los días 4 y 5, la asamblea anual de todos los miembros del COI, dará carácter oficial a las decisiones. Pero los asuntos habrán venido cocinados una vez más de la comisión ejecutiva, salvo los, últimos retoques. Precisamente esta vez, al tratarse de un caso especial por celebrarse el congreso, la comisión se reunirá un día antes de la sesión a fin de matizar lo que pudiera haber surgido del congreso, por si una opinión- mayoritaria supusiera cambiar puntos sustanciales de lo ya decidido.

Cuatro apartados

Los apartados genéricos del congreso serán cuatro: La aportación del movimiento olímpico a la sociedad moderna, apartado auspiciado por el COI y en el que se hará hincapié en el programa de los futuros Juegos Olímpicos; El atleta contemporáneo, coordina do por las federaciones interna cionales; El deporte en su contexto social, en el que tomarán más protagonismo los comités olímpicos nacionales, y El deporte y los medios de comunicación, con atención especial a televisión.

Respecto al programa futuro de los Juegos, todo parece indicar que los cambios serán pocos, al menos para Sidney, ciudad ya elegida para ser sede el año 2000. Los deportes que peligraban han hecho fuertes campañas de modernización y propaganda como si fueran niños que trataran por todos los medios de quedar bien a última hora a fin de evitar el carbón de los Reyes Magos. Lo probable sólo es la supresión de pruebas en varios deportes para compensar el número de atletas que puedan provocar la entrada de otros. En cualquier caso, es posible que se admitan él triatlón o el taekwondo, pero que sigan el boxeo, el pentatlón moderno (modernizado), el tiro con arco o la natación sincronizada, entre otros que peligraban.

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