"Me falta soltura"

Induráin pide más tiempo para intentar el récord de la hora tras el primer ensayo

El asalto al récord de la hora por parte de Miguel Induráin ha quedado sin fecha, después de que realizara ayer su primer ensayo sobre la pista de Anoeta, en San Sebastián. La del 3 de septiembre, que se hamanejado hasta ahora en el calendario de previsiones, quedó desmentida ayer por Eusebio Unzúe, director del Banesto: "Nunca, en ningún caso, será antes de ocho o diez días; el plazo máximo, en cambio, es más dificil de determinar, porquedependerá de las sensaciones que vaya teniendo Induráin sobre la bicicleta. De momento es imposible fijar un día". Esta incertidumbre tiene el problema añadi...

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El asalto al récord de la hora por parte de Miguel Induráin ha quedado sin fecha, después de que realizara ayer su primer ensayo sobre la pista de Anoeta, en San Sebastián. La del 3 de septiembre, que se hamanejado hasta ahora en el calendario de previsiones, quedó desmentida ayer por Eusebio Unzúe, director del Banesto: "Nunca, en ningún caso, será antes de ocho o diez días; el plazo máximo, en cambio, es más dificil de determinar, porquedependerá de las sensaciones que vaya teniendo Induráin sobre la bicicleta. De momento es imposible fijar un día". Esta incertidumbre tiene el problema añadido de saber hasta cuándo podrá mantener la forma, que ya no es la misma que en el Tour.

Viernes y sábado, probar los desarrollos en San Sebastián; lunes, inicio de la adaptación a la pista del velódromo de Burdeos (Francia), donde se realizaría el asalto al récord. Dos semanas, suficiente para ello. Fecha estimada para el intento, 3 de septiembre. Estas eran las previsiones.Induráin se bajó ayer de la bicicleta y afirmó: "Va a haber que estar en San Sebastián has ta el lunes o niartes". Empiezan a surgir detalles que retrasan la operación. Unzúe les resta importancia, pero los tiene en cuenta: "Se trata de una puesta a punto del material y esto lleva su tiempo".

Dos horas dedicó ayer Induráin a su primer contacto con la bicicleta del récord. La probó con un desarrollo muy suave (50 x 15), porque de lo que se trataba era de hacer rodar la nueva máquina, para ir realizando correcciones. Hizo que le cambiaran varias veces el manillar y la horquilla (pieza que une el cuadro a la rueda). Mientras, para no quedarse frío, daba vueltas con la bicicleta de carretera que le han adaptado para que vaya acostumbrándose a la posición que tendrá que mantener sobre la máquina del récord. "La bicicleta no es cómoda", decía Induráin, "porque obliga a una posición dificil; es rígida, no cimbrea y me tengo que acostumbrar a ella. Quiero ir fijo sobre la línea y eso me hace ir dando banzados. Unas veces salgo disparado para arriba y otras para abajo. Tengo que relajarme más. A Burdeos quiero ir habiéndome acoplado más a ella y a lo que es rodar en una pista, donde aún me falta soltura".

Sin prisa

Unzúe no le mete prisa. Si no hay adaptación, no hay récord, ni siquiera intento. Tampoco se impacienta porque vayan surgiendo detalles que supongan un retraso sobre las previsiones: "Esto sólo son pruebas y no se trata más que de oficializar en la pista los entrenamientos realizados hasta ahora. Si queremos hacer las cosas bien, vamos a necesitar muchas horas. Se intenta hacer lo más rápido posible, aprovechando todavía la inercia de la forma que, desgraciadamente, va perteneciendo cada vez más al pasado".

Induráin también realiza un comentario sobre su actual estado de forma que provoca dudas: "No sé ' si es la mejor, pero es la que tengo en estos momentos. Después de una temporada con Giro y Tour lo normal es que esté cansado, pero lo mío es, primero, la carretera. El récord lo tengo que intentar después, cuando puedo, que es ahora".

Este aspecto no parece plantear, sin embargo, grandes inquietudes en el equipo. El éxito de la operación vendrá dado porque se acople a la bicicleta, que se da por descontado, y se adapte a la pista, lo que no se sabe. El poderío de Induráin es tan soberbio que se da por descontado que podrá conseguir el récord sin estar al 100% de su condición física.

Una máquina sobre ruedas

La Espada pesa 6,5 kilos y toda su tomillería es de titanio. Las bielas son más largas de lo habitual, tienen 185 y 190 milímetros de longitud. Normalmente, el navarro utiliza bielas de 180. En lugar de los pedales convencionales, dispone de unos ejes sobre los que se acoplan las zapatillas, que deberá calzárselas después de subir a la bicicleta. El manillar es de carbono, en forma de apoyo de triatleta.

La marca del campeón

Todos los grandes campeones de la historia del ciclismo, a excepción del francés Bernard Hinault, inscribieron en su palmarés el récord de la hora. Sólo en los últimos tiempos especialistas sin demasiado renombre como los británicos Boardinan y Obree saltaron a la fama. Miguel Induráin no quiere ser menos que Fausto Coppi, Jacques Anquetil o Eddy Merckx.

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