Crítica:

Cine / Gandhi (15.30)

Gran Bretaña, 1982 (170 minutos). Director: Richard Attenborough. Productor: Richard Atteriborough, Toni Dube. Guión: John Briley. Fotografía: Billy Williams, Ronnie Taylor. Música; George Fenton, Ravi Shankar. Montaje: John Bloom. Dirección artística: Stuart Craig. Intérpretes: Ben Kingsley, Candice Bergen, Edward Fox, John Gielgud, Trevor Howard, John Mills. Drama.

Especialista en superproducciones de ritmo pausado, derroche de medios y extras, con avalancha de premios de todo tipo (logró, incluso, el Oscar a la mejor película, arrebatándoselo a E. T El extraterrestre), ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Gran Bretaña, 1982 (170 minutos). Director: Richard Attenborough. Productor: Richard Atteriborough, Toni Dube. Guión: John Briley. Fotografía: Billy Williams, Ronnie Taylor. Música; George Fenton, Ravi Shankar. Montaje: John Bloom. Dirección artística: Stuart Craig. Intérpretes: Ben Kingsley, Candice Bergen, Edward Fox, John Gielgud, Trevor Howard, John Mills. Drama.

Especialista en superproducciones de ritmo pausado, derroche de medios y extras, con avalancha de premios de todo tipo (logró, incluso, el Oscar a la mejor película, arrebatándoselo a E. T El extraterrestre), el británico Sir Richard Attenborough desgrana la vida y la obra filosófico-política de Mahatma Gandhi. Para ellos son necesarias casi tres largas y cargantes horas y un presupuesto impresionante. El actor Ben Kingsley (también ganador del Oscar por su interpretación) se mete en la piel del personaje real, imitando su porte, su mirada y su forma de hablar. Un poco de maquillaje por aquí, algunos kilos menos por allá, y el intérprete británico logra dar el pego y hace verosímil el paso del tiempo, de su juventud hasta la vejez. Pero el director se recrea en exceso en los detalles más insignificantes de la biografía, que roza la hagiografía y no cuestiona el ideario del líder. El análisis de su figura arranca con su licenciatura y, sobre todo, con la anécdota de su expulsión de un tren de Sudáfrica, que provoca en él la necesidad de luchar, siempre de forma pacífica, por la igualdad y por la dignidad de todos los seres humanos. Esta idea se repite una y otra vez a lo largo del excesivo metraje. Sir Richard Attenborough (Tierras de penumbra, ahora en cartel) nos obsequia con una detallada colección de manifestaciones, conflictos sociales, discursos políticos, idearios pacifistas... Bien rodada, bien hecha, pero demasiado pesada.

Archivado En