PARTIDOS POR LA PROMOCIÓN

Decisión aplazada

Compostela y Rayo Vallecano decidirán su futuro en un tercer encuentro

Compostela y Rayo Vallecano mantendrán hasta el último suspiro la incertidumbre sobre quién de los dos jugará el próximo año en Primera División. El empate obtenido en Vallecas bloqueó la eliminatoria y condujo el encuentro de ayer por la senda más previsible, la de una nueva igualada entre dos equipos que no disfrutan llevando la iniciativa.En el último tramo del partido, cuando el Rayo se quedó. con 10 hombres, pareció que el Compostela podría romper al fin el fatalismo del año futbolístico gallego. Pero entre Wilfred y el larguero condenaron a madrileños y compostelanos a seguir sufriendo h...

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Compostela y Rayo Vallecano mantendrán hasta el último suspiro la incertidumbre sobre quién de los dos jugará el próximo año en Primera División. El empate obtenido en Vallecas bloqueó la eliminatoria y condujo el encuentro de ayer por la senda más previsible, la de una nueva igualada entre dos equipos que no disfrutan llevando la iniciativa.En el último tramo del partido, cuando el Rayo se quedó. con 10 hombres, pareció que el Compostela podría romper al fin el fatalismo del año futbolístico gallego. Pero entre Wilfred y el larguero condenaron a madrileños y compostelanos a seguir sufriendo hasta el final.

El Compostela salió dispuesto a resolver el partido por la vía rápida. Hasta en cinco ocasiones llegaron con peligro sus delanteros al área de Wilfred durante los 15 primeros minutos de partido. La defensa rayista, muy despistada en este periodo, era sorprendida una y otra vez enjugadas a balón parado. Bodelón y Ohen tuvieron en sus botas el gol, pero la falta de puntería y Wilfred impidieron al Compostela inaugurar el marcador.

Los pronósticos que anticipaban un partido a cara de perro y lleno de precauciones defensivas sólo se cumplieron en. la parte rayista. El planteamiento de Vidal era el de casi siempre: muralla defensiva y Onésimo y Hugo Sánchez a la espera de la oportunidad.

Santos, por su parte, decidió que era la ocasión de arriesgar y no tentar de nuevo a la suerte en un tercer partido, sin la ventaja del público de su parte. Su planteamiento fue algo más ofensivo que el que suele ofrecer su equipo cuando juega como local. Con lo que quizá no contaba es que el rival, un equipo de Primera División, emplearía un cerrojo idéntico al de muchos equipos modestos a los que se ha enfrentado en Segunda.

El Rayo ni siquiera podía aprovechar la superior calidad técnica de sus hombres para retener el balón. La impetuosa presión de los jugadores del Compostela nublaba las ideas al centro de campo vallecano. La única oportunidad de los rayistas era esperar un error defensivo. Hubo uno, de Fabiano, pero Onésimo demostró que culminar las ocasiones no es lo suyo. Después de sortear a dos defensas acabó por disparar sin peligro a las manos de Iru.

Tras el descanso el Compostela siguió intentándolo, pero ni las fuerzas estaban tan intactas ni la defensa del Rayo se mostraba tan generosa como en la primera mitad. Vidal se dio cuenta de que su equipo estaba perdiendo la batalla por el centro del campo y decidió sacar a Visjnic para contrarrestar la presión del Compostela. Consiguió su objetivo, pero Hugo Sánchez y Onésimo seguían navegando a la deriva en punta.

El Rayo Vallecano parecía así las cosas tener ya asegurada, como mínimo, la opción del tercer partido, pero la expulsión de Onésimo volvió a trastocar los planes de Vidal., A partir de ese momento, el partido volvió a las manos del equipo de Santiago.

El encuentro vivió entonces a expensas de las decisiones arbitrales. La expulsión de Onésimo noqueó momentáneamente al Rayo frente a un rival embravecido. Fabiano primero y Lucas después tuvieron la eliminatoria en sus manos. Pero la suerte les fue esquiva, sobre todo en el remate de Lucas, solo ante Wilfred, que repelió el larguero.

Cuando el Rayo Vallecano parecía no salir de las cuerdas, apareció otra vez el colegiado para volver a equilibrar el encuentro con la expulsión de Nacho por un inocuo empujón a Orejuela. Quedaban nueve minutos, para el final y ya no hubo más pescado que vender. Los dos equipos se emplazaron para una nueva cita, esta vez la definitiva: el miércoles en Oviedo.

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