Los campeones se echan al monte

60.000 personas acuden al Mundial de mountain bike en la Casa de Campo

La bici, por fin, es la estrella en la Casa de Campo. Gracias a la I Copa del Mundo de mountain bike (bicicleta de montafia), el pulmón madrileño se convirtió en el paraíso de las dos ruedas. Y miles de madrileños acudieron a contemplar a los nuevos ases del manillar de cabra. A la cita se presentaron ayer 60.000 personas, según la organización. Todos gozaron del espectáculo y se maravillaron con las bicicletas de fibra de carbono y titanio de 10 kilos de peso y medio millón de pesetas de precio. Los ecologistas, sin embargo, criticaron al Ayuntamiento por el deterioro que ha sufrido el...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La bici, por fin, es la estrella en la Casa de Campo. Gracias a la I Copa del Mundo de mountain bike (bicicleta de montafia), el pulmón madrileño se convirtió en el paraíso de las dos ruedas. Y miles de madrileños acudieron a contemplar a los nuevos ases del manillar de cabra. A la cita se presentaron ayer 60.000 personas, según la organización. Todos gozaron del espectáculo y se maravillaron con las bicicletas de fibra de carbono y titanio de 10 kilos de peso y medio millón de pesetas de precio. Los ecologistas, sin embargo, criticaron al Ayuntamiento por el deterioro que ha sufrido el parque durante los tres días de competición. "Así no se fomenta el uso de la bici", denuncian. El Ayuntamiento Se defiende: "Los destrozos son mínimos y además las plantas son autóctonas", alegaba el concejal de Deportes, José Gabriel Astudillo.La competición profesional de ciclistas ha servido para ver en la Casa de Campo una convención del ciclismo de montaña. Junto al estanque se instalaron 14 puestos donde se han mostrado las últimas novedades del imperio del tubular. En los boxes, los mecánicos también se exhibían. "Es impresionante la gente que está pasando por aquí", comentaba Javier, en nombre de los patrocinadores de la prueba.

Pero los dioses de esta feria han sido los ciclistas profesionales. A lo largo de tres días han dado pedaladas en series en un circuito de ocho kilómetros y medio. No obstante, el itinerario diseñado tenía una pega. Según los entendidos, el desnivel de 60 metros era escaso. "Demasiado suave para los ciclistas", según Gerardo Jiménez, de la revista Sólo Bici.

Cambios sincronizados

Las pruebas, por tanto, favorecieron a los corredores técnicos. John Tomac, un americano de 24 años, fue el más veloz. Tras 48 kilómetros, demostró manejar los cambios sincronizados mejor que nadie. En la meta se impuso por tres ruedas al suizo Thomas. Como premio recibió 3.000 dólares (más de 500.000 pesetas). El mejor español fue Nicolás Ruiz, Nikimoto, que acabó la prueba en el puesto undécimo con un terrible dolor de cabeza. "Me han animado tanto que me van a estallar los oídos", comentaba.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Entre las mujeres, Juliana Furtado demostró su potencia. En la meta superó a Caroline Alexander. Ana Burgos, de 24 años, fue la primera española: entró en el puesto vigésimo.

Los aficionados colapsaron con sus coches los alrededores de la Casa de Campo. Una gran parte de los espectadores se acercó hasta la prueba con. su bicicleta de montaña.

"Ha estado todo fenomenal", decía Enrique Feito, un conductor de la EMT que contempló la carrera luciendo bici, casco y relucientes gafas-espejo. Otros, como Andrés Mejías, un carpintero de 35 años, cargaron tres bicis, incluidas las de sus hijos: "No he podido ver mucho, por culpa de los enanos, pero me lo he pasado en grande".

Archivado En