Cambio de pareja, victoria de nuevo

Bugno recobra la serenidad al lado de Danlela y tramita el divorcio de Vincenza

Siempre se había sospechado que el hundimiento de Gianni Bugno tenía mucho que ver con insondables razones mentales. La reciente victoria del ciclista italiano en la Vuelta a Flandes ha venido a confirmarlo. Durante sus frustrantes derrotas en Giros y Tours frente a Miguel Induráin, Bugno, de 30 años, tenía la cabeza en otra parte.Casi simultáneamente al triunfo flamenco, la madre de Vincenza, su esposa legal, hacía oficial un lar o rumor: Gianni se separaba de Vincenza., madre de Alesio, el niño que nació cuando Bugno ganó la Milán San Remo, en 1990. ¿La razón?, Gianni está enamorado de Danie...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Siempre se había sospechado que el hundimiento de Gianni Bugno tenía mucho que ver con insondables razones mentales. La reciente victoria del ciclista italiano en la Vuelta a Flandes ha venido a confirmarlo. Durante sus frustrantes derrotas en Giros y Tours frente a Miguel Induráin, Bugno, de 30 años, tenía la cabeza en otra parte.Casi simultáneamente al triunfo flamenco, la madre de Vincenza, su esposa legal, hacía oficial un lar o rumor: Gianni se separaba de Vincenza., madre de Alesio, el niño que nació cuando Bugno ganó la Milán San Remo, en 1990. ¿La razón?, Gianni está enamorado de Daniela, una guapa florentina, periodista en el Resto del Carlino, de Bolonia.

El campionissimo Fausto Coppi vivió toda su vida mortificado por la católica Italia a causa de que convivía con la famosa dama blanca sin estar casado ni divorciado de su legítima. Bugno se lo ha tomado con más filosofia y su familia política, también. "No le guardamos ningún rencor", dice su suegra.

"Le seguimos queriendo como a un hijo nuestro".

La historia de amor Gianni-Daniela podría servir de guión para cualquier película rosa. Se conocieron en un programa televisivo de Canal 5, el Maurizio Constanzo Show, en el invierno de 1992. El inicio fue intenso, tanto que al ciclista le pareció insoportable. Incluso le agarrotó durante su desastroso Giro de ese año. Pactaron una separación para replanteárselo. Ella agarró sus bártulos y se fue seis meses a China. Él siguió corriendo, despistado.

El otoño pasado lo decidieron. Dieron el paso. Las nubes mentales de Bugno se aclararon. Ya sólo tenía que pensar en una mujer y en la bicicleta. Y volvieron las victorias. El hombre que ganó el Giro de 1990 vistiendo la maglia rosa desde el primero hasta el último día de la carrera se anuncia de nuevo como campeón.

Hasta que comience el Giro -el 22 de mayo próximo-, Bugno tiene otros problemas prácticos que resolver. Primero, la cuestión de su ciudadanía, y luego, elegir en qué casa pasar el escaso tiempo libre de que disfrutan los ciclistas. Todo lo más, un par de meses en invierno.

. Actualmente posee tres viviendas: una en Monza, donde viven sus padres; la segunda, en Bordighera, en la Riviera, no lejos de la frontera francesa y de San Remo. Y la tercera, en Mónaco, país en el que piensa solicitar la ciudadanía, -como Rominger o Argentin- como medio para pagar menos impuestos y, oficialmente, para gozar de mejor tiempo. Tres casas, y la cabeza llena de sueños.

Archivado En