GENTE

La princesa que quería vivir y el marqués que no pagaba los taxis

Märtha Louise, princesa de Noruega, primogénita del rey Harald V y la reina Sonja, ha sido víctima al parecer de una pasión non saneta que sacude en estos momentos su vida, la de la casa real y que ha servido en bandeja un culebrón que constará de muchos y apasionantes capítulos. Según rumores recogidos con fruición por la prensa especialmente interesada en las peripecias de la vida de las familias reales, Märtha Louise, de 22 años, sucumbió a un apasiona do romance con su profesor británico de equitación, Philip Morris, de 40. Morris, que con trariamente a lo q...

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Märtha Louise, princesa de Noruega, primogénita del rey Harald V y la reina Sonja, ha sido víctima al parecer de una pasión non saneta que sacude en estos momentos su vida, la de la casa real y que ha servido en bandeja un culebrón que constará de muchos y apasionantes capítulos. Según rumores recogidos con fruición por la prensa especialmente interesada en las peripecias de la vida de las familias reales, Märtha Louise, de 22 años, sucumbió a un apasiona do romance con su profesor británico de equitación, Philip Morris, de 40. Morris, que con trariamente a lo que su nombre puede sugerir no es un hombre de humo sino de carne hueso, no pudo resistir los encantos de su joven alumna ni tampoco ésta permaneció insensible a las habilidades del experto jinete. El secreto transcendió y las consecuencias no se hicieron esperar. Irene, esposa de Philip, de 41 años, pidió de inmediato el divorcio acusando a su marido de infidelidad. Según el diario noruego Dagbladet, en su solicitud de divorcio Irene Morris afirma que su marido reconoció haber tenido una relación amorosa con la princesa noruega. "Esa joven dama de la corte noruega ha arruinado mi matrimonio", dijo en una entrevista la esposa 'traicionada, "y no se va a escapar así como así de su responsabilidad". Un sobre conteniendo una citación para comparecer ante el tribunal británico que ventilará el juicio de divorcio ha sido recibido en el Palacio real de Oslo. Según la ley noruega ningún miembro de la casa real puede ser sometido a juicio pero sí le comprende el deber de testimoniar. En este caso en que la citación proviene de un tribunal extranjero la princesa puede optar por prestar su declaración ante un tribunal noruego. Pero sobre este aspecto los juristas no están del todo de acuerdo. Algunos sostienen que la princesa no está obligada a declarar ante nadie. Pero se trata de un caso que nunca antes se había presentado ni aun teóricamente, afirma el constitucionalista noruego John Andenäs. Märtha Louise pasó las fiestas de pascua con su prometido noruego con el que al parecer todo marcha como sobre esquíes. Pero el plato está servido y los lobos aúllan de hambre.-

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