Los renovadores del PSOE piden listas bloqueadas para evitar votos de castigo

El sector renovador del PSOE trata de evitar posibles votos de castigo en la elección de la próxima ejecutiva federal, dentro de dos semanas. El sistema habitual de votación en el partido sería sustituido, si prosperase el plan de los renovadores, por el de una lista bloqueada, que encabezaría Felipe González. El voto de castigo recibido por algunos dirigentes en el reciente congreso de los socialistas catalanes, como fue el caso de Narcís Serra, está haciendo que esta idea tome fuerza.

La sugerencia de una lista bloqueada, en la que no sea posible votar a unos candidatos más que a otro...

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El sector renovador del PSOE trata de evitar posibles votos de castigo en la elección de la próxima ejecutiva federal, dentro de dos semanas. El sistema habitual de votación en el partido sería sustituido, si prosperase el plan de los renovadores, por el de una lista bloqueada, que encabezaría Felipe González. El voto de castigo recibido por algunos dirigentes en el reciente congreso de los socialistas catalanes, como fue el caso de Narcís Serra, está haciendo que esta idea tome fuerza.

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La sugerencia de una lista bloqueada, en la que no sea posible votar a unos candidatos más que a otros, es defendida en varias de las enmiendas presentadas a, la ponencia-marco que se debatirá en el 33º congreso federal. Otras enmiendas piden más poderes para el secretario general, muy a la manera de funcionamiento del Partido Popular, con ciertos tintes presidencialistas.Las propuestas de lista bloqueada para la ejecutiva federal vienen del lado renovador.

Jaén y Albacete son claras a este respecto. "Las candidaturas se presentarán en lista completa, cerrada y bloqueada, a la comisión de candidaturas", dice una enmienda de Albacete que pretende sustituir todo el punto de la ponencia-marco que mantiene el sistema tradicional.

Actualmente, los delegados tienen la oportunidad de valorar de manera diferente a cada uno de los miembros de la candidatura. Así, ha sido habitual que Ramón Rubial, presidente del partido, obtuviera el 100% de los votos, en tanto que Felipe González Y Alfonso Guerra rondaban el 98% o el 99%, y el resto de la ejecutiva oscilaba entre el 75% y el 85%.

En congresos anteriores, no obstante, esos porcentajes se consideraban de práctica unanimidad y todos salían con la broma de que el PSOE era una máquina sin fisuras y con votaciones "a la búlgara", dado que los delegados venían "con brazo de madera". Estos comentarios carecían años atrás de carácter peyorativo en este partido; al contrario, se resaltaba con orgullo el carácter unánime de las decisiones.

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El intento de dar un giro al modelo de partido se observa también en las enmiendas que demandan que sea el secretario general quien, una vez elegido, fije las tareas concretas de cada miembro de la ejecutiva. Nunca había sido así en el PSOE. Hasta ahora, los delegados votaban a sus compañeros sabiendo de antemano qué secretaría, ocuparían en caso de salir elegida su candidatura, ya que así figuraba en la papeleta. Algunas enmiendas proponen ahora lo siguiente: "La atribución de responsabilidades de los miembros de la comisión ejecutiva federal durante su mandato es facultad del secretario general".

Este es el modelo que sigue el Partido Popular, con una vocación presidencialista ajena a la tradición del PSOE. La lucha abierta en la organización socialista tiene mucho que ver con las cautelas que se observan en estas enmiendas. Existe el temor bastante fundado de que determinados dirigentes podrían obtener un voto de castigo importante si se significasen en exceso en la pelea.

Dos ejecutivas

El secretario general del PSOE, Felipe González, no se ha manifestado sobre estas cuestiones, aunque en su entorno se subraya que no será él quien tema una votación secreta e individual. González sí se ha manifestado, en cambio, sobre el modelo de ejecutiva que quiere. Pretende una ejecutiva que trabaje en dos planos: pleno y permanente. Esta última estaría compuesta por los secretarios de área, es decir, los que trabajarían diariamente en la sede federal del PSOE. La ejecutiva en pleno se reunirá con una periodicidad determinada para hacer el análisis político general.

Este capítulo de la ponencia-marco ha sido estudiado por el secretario de organización, Txiki Benegas, que ha insertado 1830 enmiendas al texto inicial. Según Benegas, este capítulo ha sido presentado a los militantes de manera muy abierta, para poder tener una información adecuada de cuál es el sentir de las bases.

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