El OAR se ahogó en la defensa estudiantil

El Estudiantes ahogó pronto el partido. Su acceso cómodo a las semifinales de la Copa del Rey se fraguó a partir de la salida a la cancha de Schlegel, que escondió la mala fortuna de Cvjeticanin y descosió el marcador. Los menos de 12 minutos iniciales que Cvjeticanin estuvo en el parquet marcaron el único equilibrio que disfrutó el encuentro. La aparición de Schlegel fue letal, y su asociación con la inspiración de Herreros (máximo anotador del choque), fundamental.A falta de cinco minutos para el descanso, el aluvión anotador de Herreros y la fortaleza defensiva que aplicaba Estudiantes, det...

El Estudiantes ahogó pronto el partido. Su acceso cómodo a las semifinales de la Copa del Rey se fraguó a partir de la salida a la cancha de Schlegel, que escondió la mala fortuna de Cvjeticanin y descosió el marcador. Los menos de 12 minutos iniciales que Cvjeticanin estuvo en el parquet marcaron el único equilibrio que disfrutó el encuentro. La aparición de Schlegel fue letal, y su asociación con la inspiración de Herreros (máximo anotador del choque), fundamental.A falta de cinco minutos para el descanso, el aluvión anotador de Herreros y la fortaleza defensiva que aplicaba Estudiantes, determinaron el desenlace final. En ese momento los colegiales habían alcanzado una cómoda ventaja de 15 puntos (35-20), que resultó insalvable para el equipo gallego.

El OAR no saltó con furia tras el descanso. Estudiantes quiso dormir el juego, congelando la ofensiva. La respuesta ferrolana en ataque consistió en servir balones a la zona, donde Lavodrama, menos ausente en la segunda mitad, peleaba como un pulpo en medio del atolladero defensivo en que Estudiantes le había organizado. Las esporádicas apariciones de Fernando Romay no ayudaban. Los errores bajo el tablero se sucedían, alimentando el contragolpe estudiantil, casi siempre destapado por Schlegel. En dos salidas rápidas de los madrileños, el marcador se fue a los 20 puntos de diferencias (75-55), máxima ventaja de que disfrutó Estudiantes. Los minutos finales descubrieron alguna chance anotadora desde larga distancia del OAR, pero eran decisiones desesperadas que volaban hacia el aro después de una mirada de reojo a la enorme ventaja que reflejaba el electrónico.