El Joventut hace las maletas

Manel Comas, entrenador del Taugrés, sació sus ganas de desquite con Zeljko Obradovic, técnico del Joventut, al que se la tenía jurada desde aquel día en el que se le ocurrió pedir un tiempo muerto a escasos segundos del final y con la victoria ya en el bolsillo. Comas no sólo le apeó de la Copa del Rey, sino que buscó su humillación. Quedaban ocho segundos para la conclusión del choque y el marcador ya lucía el 71-79 final. El técnico del Taugrés pidió tiempo muerto, se alejó de sus jugadores y lanzó una mirada provocadora a Obradovic.El feo detalle no oscureció la belleza del encuentro. Fue ...

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Manel Comas, entrenador del Taugrés, sació sus ganas de desquite con Zeljko Obradovic, técnico del Joventut, al que se la tenía jurada desde aquel día en el que se le ocurrió pedir un tiempo muerto a escasos segundos del final y con la victoria ya en el bolsillo. Comas no sólo le apeó de la Copa del Rey, sino que buscó su humillación. Quedaban ocho segundos para la conclusión del choque y el marcador ya lucía el 71-79 final. El técnico del Taugrés pidió tiempo muerto, se alejó de sus jugadores y lanzó una mirada provocadora a Obradovic.El feo detalle no oscureció la belleza del encuentro. Fue un duelo emotivo, que parecía tener ganado el Joventut y que se inclinó del lado del equipo que mejor defendió.

La primera mitad fue excesivamente ortodoxa. Ambos conjuntos cedieron el rumbo del partido a sus apellidos más ilustres (Villacampa y Perasovic) y se dejaron llevar. El Joventut se fue al descanso con venta . a. Mejor se le pusieron las cosas cuando tras dos canastas seguidas abrió la brecha más grande del partido 45-36.

Fue entonces cuando apareció el Taugrés. Y en todos los frentes. En defensa, con una preNión individual que estrechó las ideas del Joventut; en ataque, repartiendo la responsabilidad anotadora entre Perasovic, Bannister y Nicola y hasta fuera de la cancha: su banquillo vibró mientras, la suplencia del Joventut observaba en silencio.

La crecida del Taugrés le dio frutos. Edificó un parcial de 4-22 en diez minutos que dejó hecha un manojo de nervios a la Penya.

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