La ejecutiva de UGT designa a Méndez para suceder a Redondo tras la renuncia de Saracíbar

La ejecutiva de UGT decidió ayer promover como sucesor de Nicolás Redondo a Cándido Méndez, actual dirigente de Andalucía. De esta forma pretende frenar la rebelión de las federaciones -que han pedido una renovación total de la dirección-, ofreciendo una candidatura de consenso con Alberto Pérez como secretario de organización. Cándido Méndez se convierte así en el tercer hombre, junto a Manuel Fernández Lito, respaldado por varias federaciones, y Antón Saracíbar, anterior candidato del aparato que renuncia a presentarse ante la falta de apoyos.

La renovación de la dirección de UGT, que...

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La ejecutiva de UGT decidió ayer promover como sucesor de Nicolás Redondo a Cándido Méndez, actual dirigente de Andalucía. De esta forma pretende frenar la rebelión de las federaciones -que han pedido una renovación total de la dirección-, ofreciendo una candidatura de consenso con Alberto Pérez como secretario de organización. Cándido Méndez se convierte así en el tercer hombre, junto a Manuel Fernández Lito, respaldado por varias federaciones, y Antón Saracíbar, anterior candidato del aparato que renuncia a presentarse ante la falta de apoyos.

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La renovación de la dirección de UGT, que han pedido las bases, será un hecho en abril al margen del resultado del congreso. La dirección del sindicato decidió ayer apoyar un nuevo candidato oficial, una vez que ha comprobado que Antón Saracíbar no cuenta con apoyos suficientes. Se trata de Cándido Méndez, una persona que no forma parte de la ejecutiva confederal y que está totalmente desvinculado de los conflictos vividos por el sindicato, entre ellos la crisis de sus empresas y de la cooperativa PSV.Junto a Cándido Méndez, la ejecutiva promueve como secretario de organización -auténtico número dos- a Alberto Pérez, que forma parte de la dirección del sindicato desde 1990 como adjunto a organización, pero con muy poco protagonismo.

Cándido Méndez y Alberto Pérez -los dos tienen 42 años- representan la renovación del equipo de dirección y, al mismo tiempo, la continuidad en la estrategia del sindicato, en su autonomía respecto al PSOE y en el mantenimiento de la unidad de acción con Comisiones Obreras.

Con esa propuesta adoptada ayer por unanimidad en la ejecutiva ugetista, la dirección pretende dar una salida a la pugna abierta en el sindicato dos meses antes del congreso de abril, en el que se tiene que producir la retirada de Nicolás Redondo. También persigue poner freno a la rebelión de las federaciones que han pedido en los últimos días una renovación de la actual dirección. En esa demanda coinciden las organizaciones que apoyan a Lito y otras que no respaldan al dirigente del metal. La candidatura oficial de Cándido Méndez supone la retirada de la carrera electoral de Antón Saracíbar, designado por el propio Nicolás Redondo y que inicialmente parecía el heredero indiscutido.

En cambio, Manuel Fernández Lito, líder del metal, no ha renunciado a presentarse como aspirante a la secretaría general de UGT. Lito cuenta de momento con el apoyo de su propia federación y con el transporte, Cataluña y Asturias. Esas federaciones son las más próximas al PSOE. También Manuel Garnacho piensa mantener su candidatura pese a que sólo tiene detrás a la construcción. La postura definitiva la tomará el 22 de marzo en su congreso extraordinario, donde aprobará las tesis que defenderá en el congreso confederal de abril.

Méndez es repaldado por la unión de Andalucía -la organización territorial más grande del sindicato en número de afiliados- y por la federación de servicios públicos -la mayor de las organizaciones profesionales de UGT-

Una vez conocidos cuáles son los nombres en pugna para suceder a Redondo, el objetivo de las próximas semanas será lograr un consenso para no llegar al congreso de abril con la división actual del sindicato.

El dirigente de Cataluña José Álvarez declaraba ayer mismo en Barcelona que la central debería consensuar este mismo mes el equipo de dirección que debe sustituir a Redondo. Para lograr ese pacto, el dirigente catalán pidió "que todo el mundo sea bastante moderado, y se rompan los menos platos posibles a la hora de hacer comentarios", ya que eso dificulta alcanzar acuerdos. Álvarez reclamó "tranquilidad y sosiego" al conjunto del sindicato y reiteró su apoyo a Lito.

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