El barco español 'Galicia 93' termina cuarto en la tercera etapa

El Galicia 93 Pescanova, el barco español de la categoría W60, acabó en cuarta posición la tercera etapa de la Vuelta al Mundo de vela, Fremantle (Australia)-Auckland (Nueva Zelanda). El primer barco que arribó al puerto neozelandés fue el líder destacado de la categoría maxi, el Nex Zealand Endeavour, seguido a 2.12 minutos por el Tokio, que lidera la clasificación W60, el Winston y el Yamaha.El primer y segundo puestos del New Zealand y el Tokio afianzan su clasificación en cabeza de las dos categorías de la regata. Trece días ha...

El Galicia 93 Pescanova, el barco español de la categoría W60, acabó en cuarta posición la tercera etapa de la Vuelta al Mundo de vela, Fremantle (Australia)-Auckland (Nueva Zelanda). El primer barco que arribó al puerto neozelandés fue el líder destacado de la categoría maxi, el Nex Zealand Endeavour, seguido a 2.12 minutos por el Tokio, que lidera la clasificación W60, el Winston y el Yamaha.El primer y segundo puestos del New Zealand y el Tokio afianzan su clasificación en cabeza de las dos categorías de la regata. Trece días ha durado la tercera etapa, la más corta de la prueba, con un total de 3.272 millas.

El Galicia, apenas superado el Cabo Regina, en el noroeste del litoral de la isla Norte de Nueva Zelanda, se vio rebasado por el Winston y el Yahama y del segundo puesto pasó al cuarto. El viento, por el Cabo Regina fue recheado y una rolada de 40 grados permitió que los dos rivales del velero español se viesen más favorecidos.

Recuperación

A partir de ese momento el Galicia intentó por todos los medios recuperar la segunda posición al intentar arañar décimas de velocidad -la diferencia de velocidad fue mínima en esos momentos- o verse beneficiado por una rolada, de la misma manera que perdió su privilegiada posición.El Tokio marchó siempre en el primer puesto en los últimos tramos de la etapa, seguido a unas 31 millas por el grupo formado por el Yamaha, Winston y el propio Galicia 93 Pescanova, que prácticamente navegaron pegados hasta su llegada a la meta. Las evoluciones de los veleros, en esta fase, fueron lentas y tediosas.

El Tokio navegó ciñendo a estribor empujado por ligeros vientos de tierra, que cada vez fueron más débiles. Solamente se encontró algo de viento en el golfo de Hauraki, antesala de la llegada al puerto de Auckland, protegido por la isla Rangitoto. Fuera del golfo, custodiado por las islas Gran Barrier y Pequeña Barrier, en el norte, el viento descendió durante la noche. Todo colaboró a una llegada agrupada.