El Barcelona aprende la lección

El conjunto azulgrana, con muchos suplentes, no se dejó sorprender por el Sporting

No hubo partido. El primer turno copero se red-4jo a una demostración de poder azulgrana, a un correctivo al equipo que se había atrevido, sólo 48 horas antes, a poner en duda las aspiraciones ligueras del Barcelona. Las previsiones de unos y los deseos de otros se cumplieron a rajatabla. García Remón había anunciado las escasas opciones de su equipo a doble partido.Cruyff recalcó el día anterior que la clave estaba en la velocidad del balón. Los dos se cargaron de razones.

No hubo color desde la tablilla de alineaciones. La lógica obligó a los dos entrenadores a cambiar sus equipos. Pe...

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No hubo partido. El primer turno copero se red-4jo a una demostración de poder azulgrana, a un correctivo al equipo que se había atrevido, sólo 48 horas antes, a poner en duda las aspiraciones ligueras del Barcelona. Las previsiones de unos y los deseos de otros se cumplieron a rajatabla. García Remón había anunciado las escasas opciones de su equipo a doble partido.Cruyff recalcó el día anterior que la clave estaba en la velocidad del balón. Los dos se cargaron de razones.

No hubo color desde la tablilla de alineaciones. La lógica obligó a los dos entrenadores a cambiar sus equipos. Pero mientras Cruyff puso en liza a reservas de lujo, con mayoría de internacionales, García Remón hizo debutar como titular a un chaval de 18 años, Mario, rescató del ostracismo a Cela y le puso como acompañante en ataque a un inadvertido Escaich. A los tres minutos, la afición ya pedía a Juanele.

Amor no tardó en confirmar la teoría de García Remón sobre las dificultades para controlar a un Barcelona sin Romario. Cinco minutos después, cuando Sergi aprovechó un majestuoso pase de Eusebio, Cruyff ya saboreaba su chupa-chups a gusto, porque sus peloteros habían entendido el mensaje. A partir de ahí el que más se divirtió fue Stoiclikov, con el marcador a favor y la afición de uñas sobre todo después de que dejase la señal de sus tacos en un brazo de Luis Sierra.

Mientras se gestaba la jugada del tercer gol, Sierra y Stoichkov se fajaban a puñetazos en la otra esquina del área. El búlgaro, de vuelta al centro del campo, acabó la discusión enseñándole al defensa el marcador antes de que García Remón, le retirase para evitar males mayores. Cuando Cruyff mandó a la caseta al propio Stoichkov, en el segundo tiempo, el partido ya había decaído entre el conformismo de unos y la incapacidad de otros para disimular el repaso.

Los dos equipos se ajustaron ayer mejor a lo que realmente se puede esperar de ellos. El Sporting, sin Stanic y Juanele, no existió ofensivamente y sus únicos peligros llegaron en cabezazos de dos defensas, Luis Sierra y Abelardo. Busquets tiene que agradecer a sus compañeros, que le cedieron bastantes balones, la posibilidad de sentirse también protagonista.

El Barcelona, con sólo dos extranjeros, fue un bloque convincente, aunque no brillante. Iván no pareció afectado por los comentarios sobre su despachó un buen partido en su vuelta a El Molinón. Pero el mejor fue Sergi, que completó la exhibición con su estreno goleador en, el primer equipo.

La afición sportinguista no se hizo sangre con el resultado. Aún está muy reciente la gesta liguera. García Remón ya se había curado en salud y la directiva gíjonesa asegurado el éxito económico con los 20 millones recibidos del Barcelona por adelantar el partido. Todos contentos, el Barcelona con la eliminatoria resuelta y la imagen recompuesta, y el Sporting con el dinero y la impresión de que ya cumplió su trabajo el domingo.

El Barcelona se desgastó lo justo para afrontar el sábado el partido frente al Real Madrid. El resultado de ayer se logró como pide Cruyff, con la calidad de una plantilla que últimamente la ofrece con cuentagotas.

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