La carpa feliz

Cientos de disminuidos psíquicos empiezan en el circo su Navidad

Rieron sin parar con los payasos, se estremecían con las fieras, con los equilibristas se quedaban boquiabiertos y daban palmas cada vez que sonaba la música. Como pasa siempre que los niños van al circo. La función que ofreció el Circo Mundial ayer por la mañana era especial. Las 2.000 personas que abarrotaban las gradas eran minusválidos psíquicos acompañados de voluntarios, monitores y familiares, que acudían a su cita anual con la carpa de las fantasías. Una vez más, la Fundación ANDE lo organizó todo, y los artistas del circo actuaron desinteresadamente."Queremos que los disminuidos p...

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Rieron sin parar con los payasos, se estremecían con las fieras, con los equilibristas se quedaban boquiabiertos y daban palmas cada vez que sonaba la música. Como pasa siempre que los niños van al circo. La función que ofreció el Circo Mundial ayer por la mañana era especial. Las 2.000 personas que abarrotaban las gradas eran minusválidos psíquicos acompañados de voluntarios, monitores y familiares, que acudían a su cita anual con la carpa de las fantasías. Una vez más, la Fundación ANDE lo organizó todo, y los artistas del circo actuaron desinteresadamente."Queremos que los disminuidos psíquicos comiencen la Navidad disfrutando como todo el mundo", explicaba Fernando Martín, presidente de la Fundación ANDE, una organización que lleva 18 años dedicada a los discapacitados psíquicos.

En total, estaban ayer sentados en las gradas del circo alumnos y miembros de 40 centros de minusválidos. En las primeras filas se situaron las personas que apoyaban el acto, algunos acompañados de sus hijos: Rosa María Escapa, directora general del Instituto de la Juventud; Elena Boira, funcionaria del Senado; el cantante Alejandro Sanz, la modelo Mar Flores y la artista del circo Alejandra Boto.

A las once y media de la mañana, las escuelas, talleres y gimnasios en los que habitualmente desarrollan su actividad los minusválidos estaban vacíos. Sus ocupantes se encontraban en las gradas de la carpa que el Circo Mundial ha levantado este año en la plaza de toros de Las Ventas. Para muchos, a la alegría de vivir una de las fechas más esperadas del año, se sumó otra con la que no contaban: entrar en el coso taurino. Y uno de los momentos más emocionantes para todos fue ver cómo el presidente de ANDE y Alejandro Sanz se subían a un elefante y daban vueltas encima de él alrededor de la pista. Los elefantes también hicieron de escolta en el momento de los discursos e intercambios de regalos. Fernando Martín dio las gracias al circo y después el domador José María González junior dedicó unas palabras a los asistentes.

También hubo decepción. Alejandro Sanz no podía cantar porque estaba constipado. "¡Que cante, que cante!", gritaron desde las gradas un buen rato. Enseguida apareció Miss Jane con sus cocodrilos y no se oyó ni un murmullo, más bien caras de susto. Y de nuevo se vino el coso abajo, esta vez más que ninguna. Habían salido los payasos y con ellos una alegría y unas risas ensordecedoras.

El público no paró de participar con los artistas. "¡Qué tal lo estáis pasando?", preguntaron los payasos. Y se dejaban la garganta contestando que muy bien. "Para nosotros son los niños más maravillosos y más agradecidos, los que más viven esto", decía ayer Loli Villanueva, una de las propietarias del circo. "Sé que esperan todo el año esta fecha", añadió.

El Circo Mundial lleva siete años ofreciendo de manera gratuita estas funciones a la Fundación ANDE, siempre con motivo de la Navidad. Es la misma que ofrecen por la tarde al público general.

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El espectáculo terminó a las 13.30. Durante las dos horas que duró la función todo estuvo bajo el control de los monitores y voluntarios de ANDE y Cruz Roja. La salida fue más ordenada que cualquiera de las de las nueve de la noche.

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