Crítica:

Un lugar en ninguna parte

22.00 / La 2Running on empty. Estados Unidos. 1988 (110 minutos). Director: Sidney Lumet. Intérpretes: River Phoenix, Judd Hirsch, Christine Lahti, Martha Plimpton. Drama.

Éste es uno de esos cambios de programación que no sólo comprendemos, sino que agradecemos. Viene a sustituir a La ley del deseo, una requetevista muestra del cine de un director que se promociona hasta en el concurso de chistes de Raffaella Carrá. Presentada como homenaje a River Phoenix -joven, rebelde, misterioso y encantador ("¿Qué tiene de malo ser encantador?", se pregunta el actor en...

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22.00 / La 2Running on empty. Estados Unidos. 1988 (110 minutos). Director: Sidney Lumet. Intérpretes: River Phoenix, Judd Hirsch, Christine Lahti, Martha Plimpton. Drama.

Éste es uno de esos cambios de programación que no sólo comprendemos, sino que agradecemos. Viene a sustituir a La ley del deseo, una requetevista muestra del cine de un director que se promociona hasta en el concurso de chistes de Raffaella Carrá. Presentada como homenaje a River Phoenix -joven, rebelde, misterioso y encantador ("¿Qué tiene de malo ser encantador?", se pregunta el actor en los promos de la película emitidos por TVE)- fallecido en turbulentas circunstancias, la cinta explora la difícil existencia de una familia que huye del FBI por su relación con un atentado contra una fábrica de napalm. Comunistas judíos, los padres intentan inculcar en sus hijos los principios de una ética muy especial. El primogénito romperá todos los planes al enamorarse (por este papel, Phoenix logró su única candidatura al Oscar). Emotiva, sencilla en su forma, pero compleja en su descripción de personajes, Un lugar en ninguna parte escapa a la simpleza y vulgaridad de otros títulos recientes.

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