Los malabaristas madrileños llevan cinco años dando clases gratuitas de técnicas circenses

Cualquiera puede suspender tres pelotas en el aire como un auténtico malabarista de circo. Es cuestión de intentarlo durante 20 minutos con los miembros de la Asociación de Malabaristas Madrileños, que llevan cinco años dando clases gratuitas en el albergue juvenil de la Casa de Campo. Durante, el Festival de Otoño, los artistas han instalado su taller en una carpa junto al lago de la Casa de Campo. Allí combinan clases con actuaciones.

"Lo primero que deben hacer los candidatos a malabaristas es practicar con la mano más tonta. Es importante que la mano izquierda sepa hacer todo lo que...

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Cualquiera puede suspender tres pelotas en el aire como un auténtico malabarista de circo. Es cuestión de intentarlo durante 20 minutos con los miembros de la Asociación de Malabaristas Madrileños, que llevan cinco años dando clases gratuitas en el albergue juvenil de la Casa de Campo. Durante, el Festival de Otoño, los artistas han instalado su taller en una carpa junto al lago de la Casa de Campo. Allí combinan clases con actuaciones.

"Lo primero que deben hacer los candidatos a malabaristas es practicar con la mano más tonta. Es importante que la mano izquierda sepa hacer todo lo que hace la derecha", explicaba Rocío, una de las monitoras, en el taller celebrado el pasado miércoles. Ella es capaz de hacer girar en el aire tres pelotas sin mirarlas.Juan Ramón, un adminisrativo que acudió con sus dos hijos, había practicado alguna vez con mandarinas, y sin mucha suerte. "¿Que tontería, verdad? En cuanto le coges el ritmo puedes estar toda la tarde equilibrando las pelotas", dice.

"El malabarismo ayuda a desarrollar la agilidad de las manos, y también la de la cabeza, porque liberas tensiones", dice María José, una actriz de 23 años que está dispuesta a ser una artista completa. Cerca de 40 personas asistieron el miércoles pasado al taller. La mayoría quería aprender malabarismo, aunque probaron también el alambre o el palo del diablo, un juego de origen chino. Pedro Mejías, físico, asiste regularmente a los talleres desde que hace año y medio descubrió las pelotas de malabarista rellenas semillas de mijo en una tienda. Ahora hace juegos de manos que asombran a los inexpertos. "Todavía me faltan unos meses para sorprender a mis amigos...", señala.

Talleres gratuitos: martes y jueves por la tarde en el albergue juvenil de Casa de Campo (Metro: Batán, Autobús: 33) y, hoy sólo, en la carpa junto al lago.

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