La RAI se rebela contra los proyectos de su reforma

El objetivo era limitar el dominio absoluto de los partidos políticos sobre la RAI, una televisión estatal que es única en el mundo por el reparto riguroso de sus canales entre las tres fuerza políticas hegemónicas en la historia reciente de Italia: democristianos, comunistas y socialistas. Pero las cosas han arrancado mal, ya que, antes incluso de que se adopte ninguna reforma de relevancia definitiva, dos de los tres canales se han declarado en rebelión por sospechas de que el verdadero objetivo de las reformas será dejar una RAI sólo democristiana.

El caso es que la RAI-1, controlada...

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El objetivo era limitar el dominio absoluto de los partidos políticos sobre la RAI, una televisión estatal que es única en el mundo por el reparto riguroso de sus canales entre las tres fuerza políticas hegemónicas en la historia reciente de Italia: democristianos, comunistas y socialistas. Pero las cosas han arrancado mal, ya que, antes incluso de que se adopte ninguna reforma de relevancia definitiva, dos de los tres canales se han declarado en rebelión por sospechas de que el verdadero objetivo de las reformas será dejar una RAI sólo democristiana.

El caso es que la RAI-1, controlada por el partido mayoritario de Italia desde la posguerra, es la única en la que ha sido ya sustituido el director de informativos de la anterior etapa. Pero es también la única que funciona con normalidad y que, significativamente, ahora calla.Los telediarios vespertinos de la RAI-2 -la cadena más huérfana de padrino político porque el Partido Socialista Italiano (PSI), que la ha controlado, sufre una crisis tan profunda que en la práctica es como si no existiera se han dado últimamente en versión reducida porque sus redactores y presentadores se encuentran en asamblea permanente para debatir "los gravísimos problemas de la RAI y del futuro de la información televisiva".

Lo mismo ha ocurrido en la RAI-3, controlada durante dos décadas por los comunistas y hasta hace poco por sus sucesores del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), donde la situación es aún más tensa: Michele Santoro, artífice y presentador del programa más popular de esta cadena, que es a su vez la más popular y la más alabada por la crítica de la televisión estatal italiana, anunció la suspensión del programa El rojo y el negro, un espacio de debate muy abierto, porque no tiene garantías de quién será el director de RAI-3 mañana.

Amenaza de despido

El conflicto entre Michele Santoro y la RAI se precipitó cuando el consejo de administración del ente le pidió información sobre el tema que tratarían en su primera retransmisión de la temporada que comienza. La cosa se complicó ulteriormente porque, en plena revuelta, Santoro fue amenazado de despido por el propio consejo de administración, que se dirigió a él y no al director de informativos de la red, Sandro Curzi, de quien Santoro dependía.El célebre presentador ha negociado ya una solución con el director general, y su programa saldrá en antena con una semana de retraso. Pero Curzi, el director de informativos, sigue afirmando que el desarrollo de este incidente viene a demostrar hasta qué punto el consejo de administración pretende eliminarle a él y toda la tradición informativa que representa la tercera cadena.

El consejo lo niega, mientras Curzi recibe crecientes muestras de solidaridad de periodistas e intelectuales y el caso de la RAI-3 se debate ampliamente, con intervenciones de sus principales protagonistas, incluso en la televisión privada de Silvio Berlusconi. Este ha hecho ofertas de trabajo a Santoro y a otras estrellas de Telekabul, apodo popular de la televisión comunista.

La reforma de la televisión estatal italiana comenzó el pasado mes de julio con la designación de un nuevo consejo de administración reducido a cinco miembros, todos ellos académicos, y que por primera vez en la historia del ente no representaban directamente a ningún partido. La polémica se desató poco después, cuando el consejo nombró director general a Gianni Locatelli, hasta entonces director de Il Sole-24 Ore, periódico de la Confindustria, la gran patronal italiana.

Debido a esa vinculación, Gianni Locatelli fue considerado inmediatamente por las cadenas televisivas tradicionalmente dependientes de la izquierda como poco apto para garantizar la neutralidad futura de la RAI, sobre todo ante la perspectiva de unas elecciones generales claves en la transformación del país, previstas para la próxima primavera.

Información privilegiada

Por otra parte, la posición de Locatelli, y, consecuentemente, la del propio consejo de administración que le apoya, se ha visto debilitada al verse implicado el nuevo director, a través de su esposa, en un complejo caso de presunta especulación en Bolsa con ayuda de la información privilegiada obtenida en su actividad periodística.La asociación de periodistas italianos le ha abierto expediente a Gianni Locatelli por ese caso. El fallo corporativo, esperado para dentro de un mes, puede cambiar el rumbo de la reforma de la RAI ya iniciada.

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