Valdano dicta otra lección con el Tenerife
Una semana después de su hazaña europea, el Tenerife empezó a retomarle el pulso a la Liga. En Gijón desplegó tal caudal de fútbol, sobre todo en el primer tiempo, que nadie discutió su victoria pese a los apuros en la fase final. Entre el estilo tinerfeño y la casta sportinguista, El Molinón asistió a un gran espectáculo y sólo lamentó que la reacción de los jugadores locales no se tradujese en algo positivo.Valdano dictó otra lección de fútbol, pero, además de cumplir con lo que predica, ganó. Y lo hizo sin la sombra de la duda que quedó el año pasado, cuando empezó a encarrilar el partido c...
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Una semana después de su hazaña europea, el Tenerife empezó a retomarle el pulso a la Liga. En Gijón desplegó tal caudal de fútbol, sobre todo en el primer tiempo, que nadie discutió su victoria pese a los apuros en la fase final. Entre el estilo tinerfeño y la casta sportinguista, El Molinón asistió a un gran espectáculo y sólo lamentó que la reacción de los jugadores locales no se tradujese en algo positivo.Valdano dictó otra lección de fútbol, pero, además de cumplir con lo que predica, ganó. Y lo hizo sin la sombra de la duda que quedó el año pasado, cuando empezó a encarrilar el partido con una pillería de Estebaranz. Ayer también luchó contra corriente casi desde el pitido inicial, ya que Juanele sorprendió hasta al encargado del marcador a los 15 segundos.
Cualquier otro equipo hubiese tenido que cambiar de planes. El Tenerife, no. Había venido a jugar al fútbol y lo empezó a hacer de maravilla. Desde atrás, tocando el balón con rapidez, con movimientos sincronizados de todos los jugadores, ocupando el campo con inteligencia y eficacia.
El Sporting se mantuvo fiel a la zona y los tinerfeños agradecieron esos metros de ventaja. El empate era cuestión de tiempo. Pudo llegar en el minuto 11, pero Ablanedo paró a Pinilla un claro penalti que había cometido Muñiz sobre Felipe. O en el 15, en un cabezazo de Pier que desvió lo justo el portero. Pero llegó en el 18 tras una majestuosa jugada de Aguilera que finalizó Pier.
El 1-2 llegó en otro jugadón, esta vez de Chano, culminado con un poco de fortuna. El Sporting, que había capeado el temporal a base de orgullo, empujó hasta el final con una fuerza impresionante y metió muchas veces al Tenerife en su área.