La federación de atletismo pedirá que se investigue el presunto soborno de Morceli

Cacho está sorprendido. La federación española pedirá una investigación. La federación internacional dice no saber nada. Morceli calla, y la prensa marroquí defien de a Auita. La confesión del atleta marroquí Mohamed Tald, que acusó al argelino Morceli de haberle sobornado para hacer de liebre durante la final de los 1.500 metros en los Mundiales de Stuttgart, ha tenido una repercusión desigual. Muchos son los que sostienen que una investigación sobre lo sucedido tiene muy pocas posibilidades de éxito: es imposible demostrar que hubo dinero de por medio.

Será la palabra de Taki contra ...

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Cacho está sorprendido. La federación española pedirá una investigación. La federación internacional dice no saber nada. Morceli calla, y la prensa marroquí defien de a Auita. La confesión del atleta marroquí Mohamed Tald, que acusó al argelino Morceli de haberle sobornado para hacer de liebre durante la final de los 1.500 metros en los Mundiales de Stuttgart, ha tenido una repercusión desigual. Muchos son los que sostienen que una investigación sobre lo sucedido tiene muy pocas posibilidades de éxito: es imposible demostrar que hubo dinero de por medio.

Será la palabra de Taki contra todos los que tuvieron intervención en el asunto, desde Morceli hasta su entrenador Brahma, pasando por el verdadero intermediario, el marroquí Said Auita. Entretanto Morceli correrá hoy en Berlín para intentar batir el récord del mundo de la milla.Taki se despertó ayer como un atleta repudiado por la prensa de su propio país, dado que involucró directamente en el presunto soborno al ex campeón Said Auita, un auténtico símbolo en Marruecos. "Acusar a Auita de haber empujado a Taki a hacer de liebre para Morceli", dice el diario Liberation, "es sencillamente una operación mal montada para camuflar la traición de Taki en los 1.500 metros y la incertidumbre de una federación". "Es una acusación insensata", añade, "contra un hombre que está más allá de toda sospecha y cuya legendaria cabalgada con la bandera nacional no merece tal bajeza". La mayor parte, de la prensa marroquí interpreta estas acusaciones como producto de las malas relaciones entre Auita y un sector de la federación de atletismo. "Los que han fracasado eligen a Auita como chivo expiatorio", dice el diario L'Opinion.

Taki se defiende, pero no se retracta. En el mismo diario Liberation especifica todo lo que sucedió: "Primero vino Brahma [entrenador de Morceli] y me ofreció 5.000 dólares, lo que rechacé. Poco después, mientras hacia mi calentamiento, me di cuenta de que Auita estaba hablando con Brahma. Se dirigieron hacia mí. Auita me dijo que Morceli me daría 1.000 dólares si yo le ayudaba en la carrera. 'Es una suma módica', respondí, 'ya me han ofrecido 5.000 dólares y los he rechazado'. Así que me hizo un aparte [se refiere a Auita] para decirme que iba a arreglarlo para que Morceli me diera 20.000 dólares. Auita no dejó de repetirme que hiciera lo que me había pedido. Entré en la pista perturbado hasta el extremo de que no podía ponerme las zapatillas. Me quedé el último en la sala y Auita seguía con Brahma. Tenía miedo".

"Por eso me resigné a ejecutar lo que me habían ordenado, aun a sabiendas de que fui a Stuttgart para defender los colores nacionales", dijo Taki. "No tenía intención de traicionar a mi país, pero el chantaje y la presión fueron más fuertes que yo. Pido perdón por lo que he hecho. De haberlo hecho de otra manera, habría tenido una mejor actuación [fue octavo entre 12 corredores]. El atleta precisó que, desde entonces, no ha visto a Auita, también reconoció no haber recibido el dinero.

Escasa reacción oficial

Las declaraciones de Taki han tenido alcance internacional, pero apenas han provocado al guna reacción oficial. La federación Española de Atletismo, a través de un portavoz, afirma que solicitará la apertura de una investigación para esclarecer lo ocurrido aunque precisó que será muy dificil probar los hechos. La intención de la federación española no ha llegado, de momento, a la internacional. Un portavoz de la misma manifestó a este periódico que desconocían los hechos.Entretanto, Morceli se mantiene en silencio. Los periodistas esperaban ayer su presencia en Berlín para interrogarle. Morceli tenía la intención de batir el récord mundial de la milla y, de paso, competir por un lingote de oro valorado en 25 millones de pesetas, con el que se premia al ganador de la Golden Four, conjunto de pruebas que se disputan en cuatro localidades (Oslo, Zúrich, Berlín y Bruselas).

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