CAMPEONATOS DEL MUNDO DE ATLETISMO

Jackson, récord del mundo en 110 vallas

Los británicos revolucionan el Mundial. Se anunciaba una noche americana, pero Colin Jackson decidió seguir la ruta de Linford Christie y Sally Gunnell. En una carrera majestuosa, batió el récord del mundo de 110 metros vallas con un tiempo de 12.91 segundos, una centésima menos que la plusmarca que logró el norteamericano Roger Kingdom en 1989. Jackson, un atleta con una larga historia de infortunios, se llevó toda la gloria en un instante: su primer gran título y el récord mundial.Fue un trabajo limpio, con una leve mancha en la última valla, propiciada por la ansiedad y el cansancio. Jackso...

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Los británicos revolucionan el Mundial. Se anunciaba una noche americana, pero Colin Jackson decidió seguir la ruta de Linford Christie y Sally Gunnell. En una carrera majestuosa, batió el récord del mundo de 110 metros vallas con un tiempo de 12.91 segundos, una centésima menos que la plusmarca que logró el norteamericano Roger Kingdom en 1989. Jackson, un atleta con una larga historia de infortunios, se llevó toda la gloria en un instante: su primer gran título y el récord mundial.Fue un trabajo limpio, con una leve mancha en la última valla, propiciada por la ansiedad y el cansancio. Jackson sabía que tenía la victoria y el título a su alcance. Como siempre tiró su cuerpo hacia adelante, con el torso muy inclinado y la cabeza en busca de la raya. Tenía la oportunidad de su vida, después de cinco años en el club de los mejores. El marcador señaló el tiempo: 12.91 segundos. Todavía en un estado de estupor, Jackson continuaba sin reaccionar. Tenía la victoria, pero la gran noticia estaba en el tablero electrónico, y el vallista galés no se daba cuenta. Sólo el griterío de la muchedumbre le sacó de una conomoción para meterle en otro. "Récord mundial", "récord mundial", parpadeaba el tablero gigante. Y entonces Jackson comenzó a saltar. Agarró la bandera con el león galés. Los británicos reinaban de nuevo en Stuttgart.

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El triunfo de Jackson es el de un atleta que anunciaba grandes días desde sus años juveniles. De la nada surgieron en el Reino Unido dos vallistas excepcionales: Jon Ridgeon y Colin Jackson. Con 19 años, los dos competían con los mejores estadounidenses. Pero ambos se vieron comprometidos por las lesiones. Ridgeon es practicamente un caso perdido para el atletismo después de dos severas lesiones en el tendón de Aquiles.

Jackson ha sido operado en dos ocasiones por serios problemas en las rodillas. Sus dolencias provocaron le impidieron luchar por el título mundial en Tokio y el olímpico en Barcelona. Y todavía hace dos semanas, su presencia en Stuttgart no era segura. Las lesiones le habían debilitado de nuevo.

Esta vez el infortunio cesó Jackson tuvo la oportunidad de demostrar su calidad. De talla mediana, un tanto bajo -1,84 metros- para las medidas que se llevan, Jackson es un estilista de primera. No flaqueó en ningún momento, a pesar del empuje de su compatriota Tony Jarrett, otra joya del atletismo británico Con toda la presión encima, entregado a su trabajo de confirmarse como el mejor vallista del mundo. Jackson dominó la carrera desde el comienzo. Fue el más rápido en la salida, cruzó la primera valla en cabeza y así siguió hasta la última. La rozó y se desiquilibró levemente pero la ventaja era suficiente para ganar batir el récord mundial.

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