El valor de la inteligencia

Joop Zotemelk fue el último holandés en ganar un Tour. Fue conocido como el chuparruedas. Siempre tras Merckx. Quizás por eso el análisis que hacen sus compatriotas de la actuación de Induráin está teñido por la actuación de su último héroe. Su victoria estratégica, no épica. Son opiniones sosegadas. El holandés Johan Woldendorp, del diario de Arnsterdam Trouw, encuentra en la actitud de Indurían un ánimo estratégico: "Su equipo es muy flojo, por lo que no tiene más remedio que buscar aliados. Su manera de pagarles el servicio es dejándoles ganar etapas, un premio que ...

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Joop Zotemelk fue el último holandés en ganar un Tour. Fue conocido como el chuparruedas. Siempre tras Merckx. Quizás por eso el análisis que hacen sus compatriotas de la actuación de Induráin está teñido por la actuación de su último héroe. Su victoria estratégica, no épica. Son opiniones sosegadas. El holandés Johan Woldendorp, del diario de Arnsterdam Trouw, encuentra en la actitud de Indurían un ánimo estratégico: "Su equipo es muy flojo, por lo que no tiene más remedio que buscar aliados. Su manera de pagarles el servicio es dejándoles ganar etapas, un premio que para Induráin no tiene importancia".

Dinamarca, al contrario, es un país sin tradición ciclística. Miran el ciclismo con ojo calvinista. Sólo hay que ser generoso cuando reporte beneficios. Christian Thye Petersen, del Morgenavissen Jyllands Posten de Aarhus, cree que Induráin es un soberbio analista: "Tal vez sea frustrante para los españoles ver que no ha ganado una sola etapa en línea en los dos últimos Tour, pero hay otras formas de disfrutar con él. Es preciso verlo desde otro punto de vista: frente a él, los demás sólo pueden ganar etapas. El pelotón espera verlo desfallecer algún día, pero, mientras tanto, sus rivales, impotentes, ceden minutos día tras día. Lo que hace Miguel no es criticable. Al contrario, es impresionante".

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