Entrevista:

La voracidad de los partidos es total"

Francisco Mercado'Nunca hemos tenido facilidad para recaudar ayudas"

Texto: Pregunta. ¿Quién tomó la iniciativa de recaudar aportaciones de empresas para costear la campaña socialista del sí a la OTAN?

Respuesta. En un referéndum, el Estado no le devuelve nada de lo gastado a los partidos que han participado en la campaña. Además, en esa ocasión se había magnificado tanto la importancia del resultado del referéndum como su repercusión sobre el futuro del Gobierno socialista. Se decidió hacer una campaña muy fuerte.

Nunca hemos tenido, como partido socialista, facilidad para recaudar ayudas entre la gente que tiene dinero, pero pensé ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Texto: Pregunta. ¿Quién tomó la iniciativa de recaudar aportaciones de empresas para costear la campaña socialista del sí a la OTAN?

Respuesta. En un referéndum, el Estado no le devuelve nada de lo gastado a los partidos que han participado en la campaña. Además, en esa ocasión se había magnificado tanto la importancia del resultado del referéndum como su repercusión sobre el futuro del Gobierno socialista. Se decidió hacer una campaña muy fuerte.

Nunca hemos tenido, como partido socialista, facilidad para recaudar ayudas entre la gente que tiene dinero, pero pensé que en el referéndum de la OTAN se planteaba una posibilidad única. La derecha económica y social difería de la cúpula de la derecha política, que propugnaba el no. Aproveché los contactos establecidos como secretario de finanzas desde 1979 para vender a las empresas nuestro proyecto: permanecer en la OTAN abre nuestra entrada en la CE. Ése es el futuro económico para este país, para usted, les decía. Fue la primera y única vez, que yo sepa, que tuvimos una respuesta importante de los sectores económicos en cuanto a donaciones. ¿La cifra exacta? No guardo documentación. Podría rondar los 100 millones de pesetas.

P. ¿Sólo 100 millones?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

R. No me tome la cifra como exacta. A lo mejor pasaba un poco, pero tampoco recaudamos grandes cantidades.

P. Pero la documentación difundida apunta a 500 millones.

R. Por lo que yo conozco de la documentación difundida, todo se basa, en lo referente a la cifra global, en un documento apócrifo, rarísimo, porque no era el tipo de documentos que hacíamos en la secretaría. No recuerdo haber hecho nunca un documento donde se relacionasen las donaciones al partido con los nombres de las empresas.

P. De sus palabras se desprende que no sólo hubo donaciones para la campana sobre la OTAN, sino también para las elecciones.

R. El de 1986 fue un año loco para los tesoreros, porque a continuación del referéndum hubo elecciones generales. Ahí se mezcló un poco la financiación, porque algunas respuestas a las visitas que habíamos hecho a empresas antes del referéndum llegaron después, y enganchan con la campana electoral.

P. ¿Cuánto costó la campana de la OTAN y qué agujero dejó?

R. Creo que, sumadas todas las derivas e intereses, debió oscilar entre los 1.500 y los 2.000 millones de pesetas. Sé que es un margen muy amplio, pero es la manera de no pillarme los dedos. Creo que la mitad fue a déficit.

P. ¿Ese agujero explicaría el posterior nacimiento de Filesa?

R. No eso sólo, aunque fue el mayor agujero que originó una campaña al PSOE. Empezamos a endeudamos por cosas tan normales como que en 1976, cuando salimos de la clandestinidad, no nos alquilaban locales, teníamos que comprarlos. Luego, en cada campaña (aunque creo que en ésta se ha corregido), los comités electorales se tiraban a la piscina, sin saber si había financiación suficiente, a base de poner vallas a troche y moche.

Las campanas siempre nos dejaban déficit. Pero además se empezaron a hacer más sofisticadas, con medios más caros. Recuerdo que rondaban, sobre todo las últimas, los 1.200 millones. Cubríamos la mitad o poco más. Desde que llegué en 1978 hasta que me fui, en 1988, acumulamos cerca de 5.000 millones de déficit.

R. Si sólo recibieron 100 millones vía donaciones, ¿cómo sufragaron los más de 1.500 millones de la campaña de la OTAN?

P. Mediante endeudamiento.

P. ¿Ni González ni Guerra supieron o dedujeron que, si no había subvención estatal, el dinero para tan espectacular campaña debió salir de alguna parte?

R. Mi experiencia durante nueve años es que, para bien y para mal, la responsabilidad era absolutamente mía. Para bien, porque te sentías libre de tomar las decisiones que creyeras apropiadas y no tenías que negociar con el secretario o el vicesecretario general. Para mal, porque estaba muy solo ante problemas graves para pagar la nómina. A veces preguntaba, y la respuesta siempre era: "El experto eres tú. Haz lo que te parezca, nosotros apoyaremos la decisión que tornes". Acababa por no acudir. ¡Para que te dijeran eso ... !

P. Si todo era legal, ¿por qué ocultaron tales ingresos?

R. No tengo consciencia de que en los ejercicios en que fui responsable se hubieran ocultado los ingresos. En mi época, y esto ha variado, al comité federal se le presentaba el balance auténtico, el verídico. Incluso esto se ha perdido. Había debates muy importantes sobre las finanzas y la contabilidad. Sí puede ser que entonces no lo pusiéramos con toda claridad, "donaciones de empresas", y lo pusiéramos bajo un epígrafe menos llamativo, porque esos documentos, si repartes 100 copias, es imposible que no llegue alguno a la prensa. Para evitar especulaciones de por qué las empresas hacían donativos, lo camuflamos bajo un epígrafe menos llamativo. Pero era legal en 1986.

P. Rafael Delgado, secretario de Guerra, acarreando dinero en bolsas de deporte a la sede del PSOE parece una escena más propia de la película El padrino que de un partido político...

R.El relato parece de El padrino, pero la persona que está vendiendo esa información tiene que magnificarla. Es verdad que alguna vez Rafael Delgado colaboró conmigo. Yo hacía las negociaciones, pero no la recaudación. Cuando yo tenía el acuerdo con la empresa, como no me parecía prudente que fuese el propio miembro de la ejecutiva el que se desplazara a la empresa, utilizaba a compañeros de mucha confianza para que transportaran la donación, que a veces se producía en talón al portador o en metálico. Utilicé a una persona persona de absoluta confianza como Eduardo Gómez Basterra y, sólo en un par de ocasiones, a Rafael Delgado.

P. ¿Altos cargos del PSOE hacían de embajadores ante las empresas?

R. La responsabilidad era mía, pero eso no quiere decir que no comentase con otros miembros de la dirección lo que estuviera haciendo.

P. La Fundación Friedrich Ebert, ligada al SPD, ha reconocido donaciones por valor de unos 22 millones, cifra presumiblemente ridícula para la aportación real. Con perspectiva histórica, ¿puede evaluar el monto de tal ayuda?

R. Sería imposible dar una cifra global. Hay que diferenciar la aportación del SPD al PSOE en la etapa de la clandestinidad, que sí va al partido. Cuando entramos en la legalidad, y sobre todo tras las elecciones de 1979, se suponía que el PSOE tenía ya ingresos propios. Lo que firmamos entonces fueron unos convenios de colaboración entre la Fundación Ebert, ligada al SPD, y la Fundación Pablo Iglesias, ligada al PSOE. Ahí hay una ayuda constante que no sabría cuantificar y que a lo mejor se mantiene con la Fundación Jaime Vera.

P. Como en el caso Filesa, un contable ha dado portazo a su partido cargado de comprometedoras fotocopias.

R. Es de las cosas más- desagradables que te puede suceder: que una persona que ha tenido toda tu confianza cometa una traición de ese tipo. A lo mejor tenemos poco tino con los administrativos, pero también ayuda bastante que a esta gente se la compra. Si no hubiera medios que pagaran, a lo mejor no nos equivocábamos tanto.

P. Aun con donaciones, transparentes, seguiría existiendo la sospecha de que tales regalos tendrán su recompensa a través de contratos del Estado.

R. Las donaciones están legalizadas desde 1987. Pero la voracidad de los partidos es total porque hay muchos intereses en juego. Tú puedes decir que una campaña para una provincia tiene un presupuesto equis, pero entonces los compañeros dicen que su líder quiere ser diputado y que con esa cifra no basta.

. P. Su empresa, Management, ¿fue una tapadera de financiación socialista?

R. No era una empresa del PSOE, sino de socialistas, aunque en las campañas hicimos donaciones al partido. Teníamos buenas relaciones con los países del norte de África.

P. ¿Cómo deslindar su papel de embajadores privilegiados del PSOE en aquella zona del mero tráfico de influencias?

R. Es difícil. Si yo voy a Bagdad porque una serie de empresarios nos pide a nosotros -a la dirección del PSOE, no al Gobierno de UCD- que vayamos a desbloquear el impago de unas viviendas construidas porque tenemos buena relación con el partido Baas, hacemos la gestión pensando que es bueno para el país. Son empresas importantes. Vas allí, desbloqueas el tema, y los empresarios españoles, encantados. Cuando viene la campaña de la OTAN, les explicas que para España es bueno permanecer en la OTAN y hacen un donativo. ¿Ese donativo es porque les has convencido o es una forma de agradecer lo que hiciste en su momento? Yo no lo preguntaba.

Archivado En