"¡Sergi !, ¿me firmas? "

Cientos de admiradores reciben a un exhausto campeón de Roland Garros

La llegada de Sergi Bruguera al aeropuerto de Barcelona fue apoteósica. Cientos de admiradores esperaban el vuelo procedente de París, alrededor de las tres de la tarde, en el que viajaba el campeón de Roland Garrros. Desde que llegó, Sergi no consiguió librarse de un torbellino de chicos y chicas que arrasaron a su paso la terminal del aeropueto. Era su forma de demostrar a Sergi que era su ídolo. El jugador ni siquiera pudo hablar. Sonrió todo el rato, firmó autógrafos, y se fue a su casa. "Tanto él como yo necesitamos descansar porque estamos casi muertos", dijo su padre, Lluís, mientras su...

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La llegada de Sergi Bruguera al aeropuerto de Barcelona fue apoteósica. Cientos de admiradores esperaban el vuelo procedente de París, alrededor de las tres de la tarde, en el que viajaba el campeón de Roland Garrros. Desde que llegó, Sergi no consiguió librarse de un torbellino de chicos y chicas que arrasaron a su paso la terminal del aeropueto. Era su forma de demostrar a Sergi que era su ídolo. El jugador ni siquiera pudo hablar. Sonrió todo el rato, firmó autógrafos, y se fue a su casa. "Tanto él como yo necesitamos descansar porque estamos casi muertos", dijo su padre, Lluís, mientras sus admiradores le pedían autógrafos desde todos los ángulos.

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Los gritos de "¡Sergi!, ¡Sergi!, ¡Sergi!" convirtieron la silenciosa terminal del aeropuerto en una gran fiesta. La vuelta a casa del campeón de Roland Garros despertó más interés que la llegada de algunos líderes políticos a las sedes de sus partidos en la noche de las elecciones. Bruguera llegó acompañado de sus padres, de su entrenador Fernando Luna y del presidente de la Federación Española de Tenis, Agustí Pujol.El tenista, de 22 años, se encontró con la locura. Los compañeros de Sergi en la Acadademia Top Team le esperaban con una gran pancarta: "Vamos Sergio, la peña estamos contigo". Dos chicas jóvenes, rubias y, probablemente, enamoradas, levantaron otra de escueta lectura: "Sergi, ets cullonut " [Sergi, eres cojonudo]. Todos querían acercarse al campeón, todos pretendían un autografo. "¡Sergi!, ¿me firmas?", era el grito de guerra. El campeón atravesó la terminal internacional atado prácticamente por un nudo de cámaras fotográficas y de televisión.

Sergi hizo lo que pudo. No habló, se limitó a sonreir, a ser simpático con todo el mundo. "Sergi está algo agobiado ahora. Pero esta victoria en París no va a perturbarle, ni a él ni a mí, porque no nos va a cambiar, seguiremos siendo los mismos", confesó su padre.

Sin Políticos

En el aeropuerto había pocas personalidades, quizá por la resaca electoral. Enric Truñó, concejal de deportes del Ayuntamiento de Barcelona, era la más relevante. Estaban también Josep Ferrer Peris, presidente de la Federación Catalana, y Joan Margets, miembro de la española. Pasqual Maragall, alcalde de la ciudad, recibirá hoy a Sergi en el Ayuntamiento."El recibimiento ha resultado muy emocionante y desbordante, como todo lo que hemos vivido estos últimos dos días" comentó Lluís Bruguera. "Claro que hay cosas que me han impactado. Pero lo que más me ha gustado, lo más impresionante para mí fue el juego que desplegó Sergi durante toda la quincena del torneo parisino,y especialmente en la final contra Jim Courier".

La habitación de Sergi en París quedó inundada por telegramas llegados de todas partes, y de las personalidades más diversas. Bruguera recibió en directo, a través de TV3, la felicitación de un buen amigo suyo, el estadounidense Audie Norris. "Yo creo que era el único americano que quería tu victoria", le dijo el pivote.

La legendaria Lili Álvarez, que disputó tres veces la final de Wimbledon a principios de siglo, tuvo palabras de elogio también para Bruguera: "Es la primera vez, en muchos años, que veo que un varón hace algo tan espectacular en el tenis español. Jugó magistralmente y con una resistencia psíquica propia de un número uno. Eso levanta la moral".

Toda la prensa intemacional alabó la gran actuación de Sergi Bruguera. El diario deportivo francés L'Equipe le dedicaba toda su portada, con una fotografía del jugador cayéndose de espaldas con los brazos en alto, bajo el titular: "Un verdadero sueño". El resto de periódicos coinciden en calificar el encuentro con una de las finales "más bellas y apasionantes de la historia del torneo".

En Inglaterra, The Times compara la victoria de Bruguera a la de Mats Wilander en 1982. The Sun le dedica un bello párrafo: "El hombre de pocas palabras de Barcelona inscribió su nombre en los libros de historia del tenis", señala. La prensa alemana saluda la victoria del español con un "Olé, Bruguera" título utilizado por la revista Kicker. "Bruguera dió una lección de vida y muerte añade el rotativo.

La prensa belga consagró a Bruguera como el "Rey de la tierra batida". El periódico La Libre Belgique explica: "Bruguera estuvo extraordinario en condición física, inteligencia y posición en la pista. Tuvo una sangre fría impropia de un jugador que accede por primera vez a una final de un Grand Slam".

Por su parte, La Gazzeta dello Sport, en Italia, señala: "Fue la confirmación del salto de calidad dado por el jugador español". En otros medios destacan los títulos: "El golpe del matador" o "La revolución de Bruguera".

Sergi pidió un descanso mientras prometía que intentará acudir a todas las recepciones que le han formulado, especialmente la de la Generalitat y el ayuntamiento de Barcelona. Más cansado que el propio Bruguera se encontraba Fernando Luna, el entrenador. "Estoy hecho polvo", resopló.

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