GIRO DE ITALIA

Un teniente letón en Italia

"Ojalá se conforme con ser segundo o tercero, pero es un candidato a la victoria", dice José Miguel Echávarri, director del Banesto, de Piotr Ugrumov. "Desde Senigallia lo considerábamos como un hombre al que había que vigilar, al mismo nivel que Chiappucci". Eso piensa el director del líder, lo que difiere un poco de las esperanzas del propio Ugrumov -"lucharé por estar en el podio"- o de las de su director en el Mecair, Emmanuel Bombini: "El Giro está cerrado, es de Induráin".

La sorpresa que representa Ugrumov, un ex teniente del Ejército Rojo, nacido en Riga hace 32 años, es relativ...

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"Ojalá se conforme con ser segundo o tercero, pero es un candidato a la victoria", dice José Miguel Echávarri, director del Banesto, de Piotr Ugrumov. "Desde Senigallia lo considerábamos como un hombre al que había que vigilar, al mismo nivel que Chiappucci". Eso piensa el director del líder, lo que difiere un poco de las esperanzas del propio Ugrumov -"lucharé por estar en el podio"- o de las de su director en el Mecair, Emmanuel Bombini: "El Giro está cerrado, es de Induráin".

La sorpresa que representa Ugrumov, un ex teniente del Ejército Rojo, nacido en Riga hace 32 años, es relativa. Bien, ha ganado una etapa este Giro y es segundo en la general, cerca de Induráin. Pero en otras rondas italianas, en 1989 y 1990, ya terminó entre los 10 primeros. Es un peligro pero también una incógnita.

Primo Franchini, actual director del Mercatone Uno, fue el primer técnico de Ugrumov en 1989, cuando éste llegó a Italia, formando parte de una oleada de 20 soviéticos que se agruparon en el Alfa Lum. Junto a él estaban Konyshev, Ivanov y Pulnikov, entre otros. "Cuando llegó", cuenta Franchini, "tenía ya mentalidad occidental. No se dejó deslumbrar por la opulencia italiana, por los coches o los trajes. No le costó adaptarse y enseguida mostró que era el más profesional de todos. No era el más dotado -Pulnikov siempre ha andado mejor que él-, pero sí el que tenía más carácter". Esa personalidad, Ugrumov la forjó en la soledad. No se llevaba demasiado bien con sus compañeros, la mayoría rusos. Así, no se asustaba cuando tenía que tomar sus propias decisiones. Y cuando eligió España -estuvo dos años en el Seur- lo hizo con todas las consecuencias. "Allí, en España, fracasó porque no encontró el ambiente que necesita" continúa Franchini.

Con su vuelta a Italia, esta temporada, el salto ha sido tremendo. La incógnita es su respuesta en la tercera semana, allí donde destacan los fuertes. La tradición va contra él. Normalmente, su rendimiento baja en los últimos días, aunque este año ha roto con su historia personal.

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