TENIS/ROLAND GARROS

Mary Joe Fernández apagó la luz de Arantxa

El apagón fue total. Arantxa Sánchez sufrió un cortocircuito el día que más energía necesitaba. Mary Joe Fernández (EEUU, 5a) oscureció su luz en el torneo que mayor brillo le ha dado. Una hora y diecinueve minutos duró el tormento de la española antes de desperdiciar la oportunidad de alcanzar su tercera final de Roland Garras. 6-2 y 6-2 fue el marcador de un partido terrible para Arantxa. El trono dejado por Mónica Seles será para Steffl Graf (Alemania, 1•) o para Mary Joe Fernández. La alemana no falló. En sólo 50 mi nulos devolvió a su compatriota Anke Huber al lugar que le correspond...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El apagón fue total. Arantxa Sánchez sufrió un cortocircuito el día que más energía necesitaba. Mary Joe Fernández (EEUU, 5a) oscureció su luz en el torneo que mayor brillo le ha dado. Una hora y diecinueve minutos duró el tormento de la española antes de desperdiciar la oportunidad de alcanzar su tercera final de Roland Garras. 6-2 y 6-2 fue el marcador de un partido terrible para Arantxa. El trono dejado por Mónica Seles será para Steffl Graf (Alemania, 1•) o para Mary Joe Fernández. La alemana no falló. En sólo 50 mi nulos devolvió a su compatriota Anke Huber al lugar que le corresponde (6-1 y 6-1).

¿Dónde estuvo la fuerza? En el brazo de Mary Joe Fernández. ¿Y los gritos de ánimo, la garra, los golpes ganadores, el cariño del público?' También en ella. Arantxa ofició su entierro sola, sin otro equipaje que su impotencia, con la. mirada extraviada, el brazo recortado y una sombra fúnebre en sus ojos. La exagerada muñequera con la bandera española fue un detalle de inusitada crueldad por tratarse del amuleto que decoró su victoria en 1989. La central de París no tuvo clemencia. Nadie apostó por la española. El mismo escenario que vivió su ascensión al cielo tenístico se encargó ayer de echar la última palada de tierra.Arantxa asumió su derrota con una sonrisa, inasequible al desaliento: "No ha sido mi día. No sé qué es lo que ha pasado. Lo he intentado todo, pero no me ha salido nada. Tal vez ha sido uno de los peores partidos de mi vida. Jamás había fallado tanto. Me quedan muchos años y no me siento decepcionada. Creo que he hecho un gran torneo". Para su rival sólo tuvo palabras de elogio: "Ha jugado mejor que yo y tia merecido ganar".

La menor de los Vicario no fue esta vez la niña simpática que conmocionó el torneo hace años con su frescura y descaro. Todo lo contrario: la jugadora que apareció en la pista era una tenista consagrada y obligada a ganar, una deportista imponente con cuatro títulos en 1993, implacable con su rivales (no había cedido un solo set hasta ayer), inasequible a la derrota, casi inhumana. La elección del público fue clara: Mary Joe fue su protegida.

Fernández afrontó la semifinal con gran tranquilidad. No tenía nada que perder y decidió apostar todo su capital. La tenista blanda de otras ocasiones se convirtió en una jugadora agresiva, dotada de una formidable derecha y una increíble seguridad en todos sus golpes. La española dispuso de un pelota de ruptura en el primer juego, pero la desperdició. Hasta ahí todo parecía normal, pero Fernández rompió en el siguiente. Algo extraño sucedía. Con mucho esfuerzo Arantxa recuperó su servicio en

el quinto, pero su rival volvió a arrebatárselo en el sexto. Ya no había duda posible: algo se había roto en el cerebro de la española.

Todos los sistemas de alarma se dispararon. Arantxa buscó oxígeno en el palco. Allí estaban sus padres, su hermana Marisa y su entrenador, el brasileño Carlos Kirmayr. La madre le recomendó con un gesto que pensara más los puntos; el entrenador, que se tranquilizara. No había remedio. Habría sido preciso cogerla, darle una ducha fría y devolverla a la pista una hora después para evitar lo inevitable. La. manga concluyó en el octavo juego. Fernández volvió a romper y supo en ese momento que el partido era suyo. Arantxa había ganado cinco de los seis partidos que había jugado antes con Mary Joe. Sus ojos no daban crédito a lo que estaba viendo. La segunda manga no propició la reacción de la española. Al contrario: perdió el saque en el segundo juego, recuperó en el tercero, volvió a ceder en el quinto y se entregó en el octavo. Las estadísticas no fueron más clementes. La estadounidense sumó un 66% de puntos ganados con su primer servicio; la española sólo un 44%. Arantxa cometió 33 errores no forzados y sólo dispuso de cinco bolas de ruptura. Mary Joe, de 11.

"Espero que haya sido mí juego lo que le impidió jugar bien", manifestó la estadounidense. La final será distinta. Mary Joe Fernández sólo ha podido ganar un set en las diez veces que se ha enfrentado con Graf Si gana, la alemana volverá a ser la número uno del mundo. "Mary Joe no podrá hacerlo. Steffi es más fuerte", opinó Arantxa.

Archivado En