La 'testa' de Bugno

El interior de la cabeza de Gianni Bugno es tal misterio que el investigador que dedique años a su estudio y logre dar una explicación de los procesos mentales del campeón del mundo ganará el Premio Nobel. Tanto interés ha causado su psicología que el entorno del Giro más parece el gigantesco gabinete de un psiquiatra. La pregunta la formula el director del Gatorade: "¿Quién sabe lo que pasa por la testa de Bugno?"Los síntomas son conocidos por millones de personas, las que vieron la contrarreloj más desastrosa del italiano. En ella cedió casi cinco segundos por kilómetro a Miguel Indur...

El interior de la cabeza de Gianni Bugno es tal misterio que el investigador que dedique años a su estudio y logre dar una explicación de los procesos mentales del campeón del mundo ganará el Premio Nobel. Tanto interés ha causado su psicología que el entorno del Giro más parece el gigantesco gabinete de un psiquiatra. La pregunta la formula el director del Gatorade: "¿Quién sabe lo que pasa por la testa de Bugno?"Los síntomas son conocidos por millones de personas, las que vieron la contrarreloj más desastrosa del italiano. En ella cedió casi cinco segundos por kilómetro a Miguel Induráin. "Estaba contraído, tenso. Casi se cae de la rampa de salida. No controlaba", cuenta Francesco Conconi, su famoso médico-entrenador. Su rival Maurizio Fondriest aporta otro dato: "Le vi antes, le saludé y él ni me reconoció. 'Mala señal', me dije".

Sobre las causas de su al parecer incurable enfermedad también hay consenso. Podría llamársela Indurainitis. Se dice que la comenzó a sufrir cuando el español le derrotó en el Tour de 1991 y que alcanzó su punto máximo en el de 1992 a la contrarreloj de Luxemburgo. Se resume en una impotencia manifiesta que le hace ir siempre de trás de él. Más científicamente la analiza Alfredo Martini, el seleccionador de la squadra azzurra en los Campeonatos del Mundo: "Cuando hay una cita importante, Induráin siempre llega en las me jores condiciones. Siempre está a la altura de lo que se espera de él. Bugno, en cambio, actúa obsesionado y la responsabilidad le bloquea".