Elecciones 6 junio

La llave de la lucha canaria

El emergente bloque nacionalista altera la pugna en las islas y aspira a ser la clave del nuevo Gobierno

La formación de un bloque nacionalista que abarca de la izquierda a la derecha constituye la principal novedad de esta campaña en las islas Canarias. El fenómeno que encarna Coalición Canaria (integrada por las Agrupaciones Idependientes de Canarias, Centro Canario Independiente, Iniciativa Canaria, Asamblea Majorera y Partido Nacionalista Canario) carece de antecedentes en otras comunidades con tradición nacionalista, como Cataluña y País Vasco. Desde marzo, los nacionalistas gobiernan en el Archipiélago, y su líder, el presidente autonómico, Manuel Hermoso, pide un pacto de Estado par...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La formación de un bloque nacionalista que abarca de la izquierda a la derecha constituye la principal novedad de esta campaña en las islas Canarias. El fenómeno que encarna Coalición Canaria (integrada por las Agrupaciones Idependientes de Canarias, Centro Canario Independiente, Iniciativa Canaria, Asamblea Majorera y Partido Nacionalista Canario) carece de antecedentes en otras comunidades con tradición nacionalista, como Cataluña y País Vasco. Desde marzo, los nacionalistas gobiernan en el Archipiélago, y su líder, el presidente autonómico, Manuel Hermoso, pide un pacto de Estado para el 4% del país, Canarias; una tierra que "ha entrado en coma".Los nacionalistas habían participado en anteriores elecciones de forma aislada, separada y más modestamente. En 1979, una coalición nacionalista de izquierda, Unión del Pueblo Canario (UPC), logré un diputado, Fernando Sagaseta, y, desde hace dos legislaturas, una fuerza más moderada, como las Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC), ha contado con Luis Mardones en el Congreso. Ahora, en su actual versión multipartidista, los nacionalistas canarios aspiran a mucho más: a formar un grupo parlamentario propio, incluso a ser la "llave del próximo Gobierno", como apuntan Lorenzo Olarte y Adán Martín., sus cabezas de lista al Congreso por las provincias de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.

La aparición en escena de esta alternativa ha provocado un profundo debate en sectores políticos, sociales, culturales y económicos de las islas. La lucha canaria, nombre de un deporte vernáculo, despierta controversia. "Es la opción que nos faltaba. Si la tienen los vascos y catalanes, que están en la Península, con más razón nosotros, a 2.000 kilómetros", señala José Suárez Mejías, presidente de la Confederación Canaria de Empresarios. El secretario general del PSOE canario, Jerónimo Saavedra, tacha a esta coalición de "intento de copia de otros nacionalismos históricos en una región que carece de sentimientos de esa naturaleza y cuyo único bagaje ideológico es que Madrid tiene la culpa". Al presidente regional del PP, José Miguel Bravo de Laguna, le preocupa que "el descontento generado por el PSOE en las islas salpique al PP a través de esta plataforma política".

En la polémica, algunos observadores expresan su "estupor" por el maridaje entre conservadores y viejos comunistas en el seno de Coalición Canaria, según opinión que comparten el biólogo Wolfredo Wildpret y el ex senador real Antonio González, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica de 1986. En cambio, el escritor Víctor Ramírez y el escultor Martín Chirino confían en que sirva para clarificar "los interrogantes sobre la identidad cultural". Chirino recuerda a quienes se vean tentados por reivindicar sólo "una cultura de tambores y chácaras" que la mejor aportación de Canarias al arte del siglo XX fue vanguardista y universal: el movimiento de Gaceta de Arte en los años treinta.

La unión de fuerzas nacionalistas tuvo un parto fuera de lo común, precedido de una ola de mociones de censura, sobre todo en Las Palmas de Gran Canaria. Se originó desde la oposición del Parlamento de las islas y, de la noche a la mañana, se vio en el poder de la comunidad autónoma. Cuando a comienzos de año se fraguó esta operación política, el PSOE y las AIC aún cohabitaban en un pacto suscrito tras las últimas elecciones autonómicas, en el que sus respectivos líderes, Jerónimo Saavedra y Manuel Hermoso, las AIC convivieron con los socialistas en el Gobierno y, al mismo tiempo, gestaban un mismo proyecto electoral con buena parte de la oposición (todos los grupos, a excepción del PP). Su pretensión de mantener estas dos caras a la vez, con las reservas del PSOE, fue efímera.

Los 31 del 31

El pasado marzo, a causa de la negociación con Madrid de una ley económica para las islas, se rompió el Gobierno. AIC y sus socios de la oposición censuraron a Saavedra el último día del mes, el 3 1, con la suma de todos sus votos, precisamente 31, mayoría absoluta justa en una Parlamento de 60 escaños: los nacionalistas, apremiados por la convocatoria electoral, cambiaron el Ejecutivo y ahora ya hacen planes para 1995, fecha de los próximos comicios autonómicos. "Necesitamos leyes y recursos para salvar la situación de los próximos 20 años", declara Victoriano Ríos, secretario general de las AIC y presidente del Parlamento de Canarias.Tal vez el candidato más destacado del bloque nacionalista es el abogado Lorenzo Olarte, número uno al Congreso por Las Palmas, ex asesor del presidente Adolfo Suárez y ex presidente canario como miembro del CDS. Olarte entabló en 1989 un pleito con el Gobierno central que se conoció como la guerra de los arbitrios. Era presidente del Gobierno autónomo y se negó a bajar el impuesto que grava la entrada de mercancías en el Archipiélago hasta que Hacienda compensara a los cabildos la merma recuadatoria. El entonces secretario de Estado José Borrell "zanjó el problema con 18.000 millones y enmendó la chulería de Solchaga", señala el político canario. Olarte desató aquel conflicto porque, según él, el ministro no se le puso al teléfono.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Después de mil batallas, ha arribado ahora al puerto del nacionalismo. Para después del 6 de junio, desea convertir esta coalición en el Partido Nacionalista de Canarias, y está llamado a ser, si los votos se lo permiten, el jefe del grupo canario en el Congreso. "Queremos ir a las Cortes en son de paz", anuncia. Pero su acento es el más radical de la coalición.

Archivado En