El Barça despacha al Valladolid

El Barcelona despachó al Valladolid de la Copa con un fúnebre partido. Ni los goles, aunque fueran tres, maquillaron el rostro desencajado que paseó el colectivo de Cruyff por un Camp Nou desértico. La polivalencia del plantel azulgrana y el método del técnico holandés no dan tanto como para armar un segundo equipo de garantías. Los suplentes barcelonistas necesitaron que su rival, un equipo de segunda, se quedara con uno menos para sentenciar el choque. Los presentes anoche en el bando local glorificaron a los ausentes.Nadie fue capaz de ligar al grupo que Cruyff puso en el césped, y el único...

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El Barcelona despachó al Valladolid de la Copa con un fúnebre partido. Ni los goles, aunque fueran tres, maquillaron el rostro desencajado que paseó el colectivo de Cruyff por un Camp Nou desértico. La polivalencia del plantel azulgrana y el método del técnico holandés no dan tanto como para armar un segundo equipo de garantías. Los suplentes barcelonistas necesitaron que su rival, un equipo de segunda, se quedara con uno menos para sentenciar el choque. Los presentes anoche en el bando local glorificaron a los ausentes.Nadie fue capaz de ligar al grupo que Cruyff puso en el césped, y el único que tiró del carro fue Maqueda. El extremo del filial, un tipo listo que maneja la derecha con tino y velocidad, rompió al rival -forzó la expulsión de Martín- y fabricó las únicas jugadas de interés de la contienda.

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