El Barcelona toma el mando de la liga al batir al Oviedo

El Barcelona tomó el mando de la Liga por primera vez en la temporada. Esa posición de privilegio debe compartirla con el Real Madrid y el Deportivo. El ménage á trois promete ser tan emocionante como el partido de anoche frente al Oviedo. Y es que el equipo azulgrana inició la interpretación de una película con fuerte carga erótica, taquillera y candidata al óscar, pero fue incapaz de concluirla con brillantez. Todo quedó en una cinta e serie B, aunque no falta de suspense, como todo lo que rodea al club barcelonista.Fue la noche de los picapedreros barcelonistas. La noch...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Barcelona tomó el mando de la Liga por primera vez en la temporada. Esa posición de privilegio debe compartirla con el Real Madrid y el Deportivo. El ménage á trois promete ser tan emocionante como el partido de anoche frente al Oviedo. Y es que el equipo azulgrana inició la interpretación de una película con fuerte carga erótica, taquillera y candidata al óscar, pero fue incapaz de concluirla con brillantez. Todo quedó en una cinta e serie B, aunque no falta de suspense, como todo lo que rodea al club barcelonista.Fue la noche de los picapedreros barcelonistas. La noche de aquellos jugadores que se cotizan menos en la bolsa futbolística y periodística y que resolvie- ron la papeleta a Johan Cruyff, enfrascado en diatribas dialécticas con Stoichkov y Laudrup, que no brillaron tanto como en la tarde del Sporting. El búlgaro, que estrelló un balón en el larguero, se perdió en el anonimato y el danés jugó de forma intermitente porque es imposible que su maquinaria futbolística esté programada para rendir a tope.

Pero para resolver los problemas del Barca estaban ayer los Guardiola, Eusebio, Nadal, Zubizarreta y compañía. Entre unos y otros bordaron el fútbol durante los primeros 45 minutos, pero no supieron ensañarse con un Oviedo excesivamente encogido y temeroso de la goleada.

El Barcelona inició el segundo periodo como si hubiera salido de una sauna. Es decir, completamente relajado y dando por segura su victoria. El Oviedo se echó hacia delante y comenzó a apretarle las tuercas sin éxito. Un zapatazo de Amor puso las cosas en su sitio y dio paso a un nuevo culebrón de la Liga, que ya es cosa de tres.

Archivado En