BALONCESTO / LIGA EUROPEA

El fracaso del Joventut, en 17 segundos

El Joventut expió todos sus pecados en 17 segundos. De la forma más cruel posible, cuando rozaba una clasificación que había elevado a la categoría de epopeya. En un suspiro se le cerró la puerta de los cuartos de final de la competición por la que bebe los vientos. Poco más o menos de la misma forma que hace casi un año se le escapó el título. Malos tragos le está costando al equipo verdinegro su corta experiencia en la Copa de Europa. El baloncesto encierra la terrible ambigüedad de aparecer como el deporte más caprichoso e injusto y al mismo tiempo basarse en una justicia fría y matemática....

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El Joventut expió todos sus pecados en 17 segundos. De la forma más cruel posible, cuando rozaba una clasificación que había elevado a la categoría de epopeya. En un suspiro se le cerró la puerta de los cuartos de final de la competición por la que bebe los vientos. Poco más o menos de la misma forma que hace casi un año se le escapó el título. Malos tragos le está costando al equipo verdinegro su corta experiencia en la Copa de Europa. El baloncesto encierra la terrible ambigüedad de aparecer como el deporte más caprichoso e injusto y al mismo tiempo basarse en una justicia fría y matemática.Al Joventut le hacían falta 11 puntos para clasificarse. Cuando ganaba por diez, a 17 segundos del final, erró dos triples y un palmeo. Quedaban dos segundos y siete décimas cuando el rebote crucial fue a manos de Danilovic. Las peores manos a las que podía ir. El Joventut, los equipos españoles, ya saben como las gastan croatas, bosnios o, como es el caso, serbios. Pero era obligado, urgente, cometer una falta personal. Thompson hizo una palomita. Los árbitros pitaron. Danilovic no pestañeó. Se fue a la línea de tiros libres y ejecutó al estilo de los más fríos de los verdugos los dos lanzamientos que sentenciaron. Quedaban dos segundos y siete décimas. Quizás en la NBA ese lapso no sea despreciable. En Europa, sí. Ferran recibió el balón y desde casi media pista lo lanzó. Junto a él se fueron todas las ilusiones. No tocó ni aro.

Pero, a pesar de los errores que cometió ayer, el Joventut no puede achacar su eliminación al partido contra el Knorr. Fue su azarosa, irregular y atribulada trayectoria a lo largo de los 11 encuentros anteriores los que le situaron frente a tan quijotesca tarea. Estuvo a punto de de acometerla, pero no acabó de rehabilitar un prestigio que había malgastado en los 11 partidos anteriores.

En cualquier caso, el Joventut no hizo un mal partido. Falló en muchas ocasiones pero también lo hizo su rival. Y llegó al momento crucial con la posibilidad de rematar la faena. Frente a un conjunto del empaque del Knorr tampoco se podía pedir demasiado más. Sobraron 17 segundos para la gloria y eso que se llegó al final con todas las esperanzas. , pero luego el Joventuit fue remontando. Aunque acabó ahogado en la orilla.

Resignación de Sainz

Lolo Sainz, técnico del Joventut, aceptó con resignación la eliminación de su equipo, una vez que descargó la tensión emocional en el vestuario. "No hay que olvidar que jugábamos contra un equipo italiano. Posiblemente nos hemos equivocado en la última jugada, pero si la canasta se hubiera producido, ahora estaríamos hablando de un acierto. En fin, no es cuestión de machacar al jugador que ha realizado esa jugada", dijo, por Villacampa, que, por su lado, fue rotundo: "La opción de tiro era muy clara y si me encontrara en la misma situación, volvería a hacerlo".

Por otra parte, en semifinales de la Copa Korac: Philips Milán 85; Clear Cantú, 72. El Philips se clasificado para jugar la final contra el Virtus Roma, que había eliminado el miércoles al Barcelona.

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