Entrevista:

"Hay que romper la identificación vasco y nacionalista"

JOSÉ LUIS BARBERíA Ramón Jáuregui asume que "en los primeros años ochenta" los socialistas de Euskadi adolecieron de una falta de identificación con lo que se puede llamar vasquismo. Pero aduce que "no como reflejo de la tradición histórica del socialismo vasco, sino como consecuencia del proyecto impositivo del nacionalismo y de la agresión terrorista".

Pregunta. ¿Se puede hablar, en todo caso, de autocrítica del PSE-PSOE?

Respuesta. Son consecuencias de la historia. El nacionalismo instauró el monopolio de lo vasco en 1978 y no nos dejó otro espacio. Sí, ha...

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JOSÉ LUIS BARBERíA Ramón Jáuregui asume que "en los primeros años ochenta" los socialistas de Euskadi adolecieron de una falta de identificación con lo que se puede llamar vasquismo. Pero aduce que "no como reflejo de la tradición histórica del socialismo vasco, sino como consecuencia del proyecto impositivo del nacionalismo y de la agresión terrorista".

Pregunta. ¿Se puede hablar, en todo caso, de autocrítica del PSE-PSOE?

Respuesta. Son consecuencias de la historia. El nacionalismo instauró el monopolio de lo vasco en 1978 y no nos dejó otro espacio. Sí, ha habido una actitud de resistencia, pero, ¡hombre!, es que nos mataban a los militantes. Ser socialista era casi una heroicidad y, efectivamente, eso nos fue colocando muy cerca del gueto. La política de alianzas con un PNV escindido nos permitió darle la vuelta a la situación.

P. ¿El PSE-PSOE sigue siendo hoy antinacionalista?

R. No, hoy no. Hoy, pese a contar con una tradición histórica antinacion alista, el PSEPSOE se caracteriza mucho más por lo positivo de sus planteamientos, por su empeño en la moderación, el pluralismo y la paz. Hace seis años, tras su ruptura interna, apoyamos al PNV con un pacto de legislatura. Dos años después, pese a ganar las elecciones, aceptamos un lehendakari del PNV y llegamos al Pacto de Ajuria Enea. La autocrítica, la moderación, el pragmatismo y el actual compromiso antiterrorista del nacionalismo vasco ha sido posible gracias en buena medida a la creación de un clima de diálogo v colaboración.

Gobierno de coalición

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P. Con su convergencia con EE, ¿el PSE está ahora dispuesto a disputarle al PNV su hegemonía institucional?

R. Este proyecto trata también de poner un límite en el tiempo a esa actitud del socialismo vasco. Digamos que, por la naturaleza e importancia de los problemas de este país, hemos acudido a gobiernos de concentración en los últimos seis años y yo creo que en beneficio del primero, porque objetivamente le hemos permitido resolver su escisión y recuperar su mayoría. ¿A cambio de qué? A cambio de la moderación de su programa, de una colaboración importante, por qué no decirlo, en el Gobierno de España, y sobre todo en beneficio de la unidad democrática y el entendimiento institucional contra el terrorismo. Pero esto no puede ser eterno.

P. ¿Es partidario de un Gobierno de coalición con los nacionalismos periféricos en los términos que plantea el PNV?

R. No descarto esa alianza.

P. ¿En los términos que plantea el PNV?

R. No voy a entrar en ese juego. Hay que verlo después.

P. Volviendo a la convergencia, hay muchas voces que opinan que se ha hecho mal, sin garantizar una verdadera fusión de las culturas de ambos partidos.

R. Es ahora cuando empezamos a hacer esa química, y reconozco que nos falta esa experiencia. En un principio pensamos abrir un periodo de convivencia política de las dos direcciones, pero el panorama electoral complicaba mucho las cosas.

P. Si, como usted dice, no se trata de absorber a una serie de cuadros de EE, ni de adornarse con un barniz de vasquismo, parece obvio que la responsabilidad sobre el alcance real del proyecto recae en el PSE-PSOE...

R. Lo diré en términos muy gráficos. Es la unión del socialimo histórico obrero de este país con la expresión de un nacionalismo de izquierdas que representa a las capas modernas, vasquistas y jóvenes. Una expresión del nacionalismo que ahora puede conectar con el mundo obrero y de la inmigración. Esta es un mixtura de la que Euskadi está muy necesitada. Y sí, la responsabilidad es nuestra. Somos los del PSE-PSOE quienes tenemos que hacer viable la expresión de esa realidad. Es nuestra prueba del 9.

La lengua vasca

P. ¿Se trata de atraer a los votantes nacionalistas que no comparten necesariamente con la ideología nacionalista, de romper con la identificación vasco=nacionalista?

R. Es una de las ideas. En Euskadi es muy patente la ausencia de la crítica política al nacionalismo. El nacionalismo como ideología es una moda que tiene que pasar, porque no constituye ningún impulso cuando se plantea sobre un proyecto ambiguo o imposible. Este pueblo lo que busca es autogobierno profundo y economía avanzada.

P. ¿Cómo se conjugan las posiciones de quienes desde el PSE-PSOE sostienen que el inglés es más importante que el euskera con las de quienes están directamente implicados en la recuperación de la lengua vasca?

R. Tenemos que hacerlo, encontrando el equilibrio en una política a favor del bilingüismo real que favorezca la extensión d el euskera, pero sin discriminaciones y sin ignorar la dramática ausencia de conocimiento de idiomas extranjeros que tiene nuestra población estudiantil.

P. Se puede decir que están a favor de las políticas de discriminación positiva del euskera.

R. Se puede decir, siempre que no violenten derechos. Eso tiene que ver con el acceso a la función pública, con el mantenimiento de un puesto de trabajo, con el modelo educativo, etcétera.

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