El CDS pedirá el voto para evitar un Gobierno socialista o con los nacionalistas
El CDS pide ayuda al electorado para seguir en la política y evitar un posible Gobierno del PSOE con los nacionalístas o un pacto de emergencia entre socialistas y PP. Los centristas intentarán reactivarse en su 50 congreso, este fin de semana en Madrid, presentándose como la fuerza capaz de ayudar a gobernar España si nadie logra la mayoría absoluta.
Rafael Calvo Ortega y José Luis Gómez Calcerrada aspiran a ser reelegidos como presidente y secretario general, respectivamente. La precariedad de los apoyos electorales del CDS ha empujado a que este partido afronte su V Congreso en un cl...
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El CDS pide ayuda al electorado para seguir en la política y evitar un posible Gobierno del PSOE con los nacionalístas o un pacto de emergencia entre socialistas y PP. Los centristas intentarán reactivarse en su 50 congreso, este fin de semana en Madrid, presentándose como la fuerza capaz de ayudar a gobernar España si nadie logra la mayoría absoluta.
Rafael Calvo Ortega y José Luis Gómez Calcerrada aspiran a ser reelegidos como presidente y secretario general, respectivamente. La precariedad de los apoyos electorales del CDS ha empujado a que este partido afronte su V Congreso en un clima de, rara unidad, a sabiendas de que. una nueva fractura en sus filas supondría su punto y final.Los actuales responsables centristas son conscientes de que en las próximas elecciones se dirimirá su propia existencia, por lo que su objetivo es conseguir una mínima representación parlamentaria.
En el terreno ideológico, el Centro Democrático y Social, "en cuanto partido progresista, rechaza el neoliberalismo conservador y propugna un radicalismo liberal". Este partido será beligerante con la intolerancia, los recortes de libertad, "los hábitos prepotentes que desvirtúan la democracia, y en contra de la corrupción y el amiguismo", según sus documentos congresuales. El fundador del CDS, Adolfo Suárez, no asistirá a este congreso, fiel a su decisión de la primavera de 1991 de abandonarla actividad política.
El malestar y la frustración de los militantes centristas, que no ha dejado de perder votos desde 1989, se concentró en el congreso de septiembre de 1991, donde quedó claro su deseo de prescindir de todo vestigio suarista, hasta el punto que las citas al ex presidente del Gobierno fueron acogidas con abucheos.