Ni aristócrata ni militar

Carlos Cebriá, nuevo presidente de la hípica, quiere popularizar su deporte

"No soy aristócrata ni militar", dos de las condiciones que se han dado en la mayor parte de sus antecedores. Así se presenta Carlos Cebriá, el nuevo presidente de la Federación Española de Hípica. Su elección ha constituido una gran sorpresa en el mundo del caballo. No se trata de un personaje popular como Jaime Rivera, que deja ahora el cargo, ni tampoco es un jinete de élite retirado. "Mi relación con este deporte proviene de la hípica de base, que es la que practican mis dos hijos, uno en categoría infantil y otro en juvenil".

No monta a caballo. Dice que de pequeño lo hizo, pero do...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"No soy aristócrata ni militar", dos de las condiciones que se han dado en la mayor parte de sus antecedores. Así se presenta Carlos Cebriá, el nuevo presidente de la Federación Española de Hípica. Su elección ha constituido una gran sorpresa en el mundo del caballo. No se trata de un personaje popular como Jaime Rivera, que deja ahora el cargo, ni tampoco es un jinete de élite retirado. "Mi relación con este deporte proviene de la hípica de base, que es la que practican mis dos hijos, uno en categoría infantil y otro en juvenil".

No monta a caballo. Dice que de pequeño lo hizo, pero dos lesiones de espalda le impiden practicar este deporte que en cambio ha inculcado a sus hijos. Tiene 42 años y es empresario. No tiene programa electoral y tampoco equipo directivo. "Eso no significa que no pensara que podía ganar", dice Carlos Cebriá. En cambio, el presidente electo de la hípica dice tener las cosas muy claras: "Quiero popularizar este deporte, que hasta ahora ha estado reservado a unos pocos, y para eso no hay que fijarse más que en lo que han hecho en los últimos años otros países europeos como Francia o Inglaterra".. Carlos Cebriá es un empresario catalán vinculado al negocio de la hostelería y de los seguros. "Mi intención es llevar la federación como si se tratase de otra de mis empresas, y estoy seguro, de que obtendré buenos resultados', afirma con convicción.

Desconocido

Su falta de experiencia es para muchos la principal virtud del nuevo presidente. El apoyo obtenido en las últimas elecciones se debe también, a juicio de muchos, a un voto de castigo a su antecesor, Jaime Rivera. "El poder, es decir, Rivera, se ha olvidado durante los últimos años de los concursos nacionales, de promocionar este deporte, y las territoriales estaban molestas con él. El presidente anterior se ocupó del equipo olímpico, pero de poco más. Es una pena ir a un concurso nacional y ver 500 personas. Sé que una prueba de hípica no va a ser nunca un maratón, pero sí que puede ser un deporte de los más populares".Fueron precisamente los más perjudicados por la política de Rivera, los técnicos y las federaciones territoriales, ambos con gran poder en la asamblea, quienes inclinaron la balanza del lado de Cebriá ante la sorpresa de todos, porque el candidato catalán no era un hombre conocido.

"Me han dicho que es un señor bajito, con bigote, de unos 50 años", decía, con gran sorpresa, un importante jinete a este periódico el día de la elección. "¿Cebriá?", respondía otro, también muy sorprendido. ¿Y ése quién es?".

Sobre la firma

Archivado En