Pujol vaticina el final de CDC si el partido se divide entre sus seguidores y los de Roca

La división en Convergència Democrática de Catalunya (CDC) entre los seguidores de Jordi Pujol y los de Miquel Roca "puede ser el final" de la formación nacionalista. Este temor fue manifestado ayer por el propio presidente de la Generalitat y del partido ante el cariz que está tomando su enfrentamiento con quien, pese a su renuncia a la secretaría general, continúa siendo el número dos convergente.

En la que constituye una andanada más del fuego cruzado entre Roca y Pujol desde que concluyó el congreso de CDC el domingo pasado, en el que ambos y sus colaboradores utilizan artillería di...

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La división en Convergència Democrática de Catalunya (CDC) entre los seguidores de Jordi Pujol y los de Miquel Roca "puede ser el final" de la formación nacionalista. Este temor fue manifestado ayer por el propio presidente de la Generalitat y del partido ante el cariz que está tomando su enfrentamiento con quien, pese a su renuncia a la secretaría general, continúa siendo el número dos convergente.

En la que constituye una andanada más del fuego cruzado entre Roca y Pujol desde que concluyó el congreso de CDC el domingo pasado, en el que ambos y sus colaboradores utilizan artillería dialéctica de grueso calibre, el presidente de la Generalitat y de Convergència trató de matizar ayer unas manifestaciones suyas del martes. En ellas, y a pese a mostrar su deseo de que Roca vuelva a la secretaría general, acusaba a su ex colaboradores de haber cometido "un error político y personal" al renunciar al cargo, al tiempo que añadía: "Los otros no hemos de aprovechar este error y el partido debe ayudarle [a Roca] a superarlo".Veinticuatro horas después, Roca manifestaba que las declaraciones del líder nacionalista no ayudaban "a superar la situación" actual, y otras 24 horas después -ayer- Pujol efectuaba su contrarréplica: "Mis declaraciones fueron de gran cordialidad, en la línea de la comprensión, y en ellas dije tres o cuatro veces que confiaba que Roca volvería a la secretaría general. Pero estamos en un momento", agregó, "en que probablemente lo mejor que se puede hacer es no hacer comentarios sobre personas, aunque sean positivos y de apertura, y centrarse en el debate de ideas y proyectos", informa Europa Press.

Nacionalistas y españolistas

Pero Pujol fue más lejos en sus manifestaciones de ayer y, por primera vez, admitió que su enfrentamiento con Roca puede acabar desintegrando al partido que gobierna Cataluña ininterrumpidamente desde hace 12 años. Así, al ser preguntado sobre la división entre pujolistas y roquistas, el jefe del Ejecutivo catalán contestó: "Si ésta división se produce, puede ser el final del partido. Lo que va a, salvar a CDC no es que haya más o menos istas de tal o cual persona sino que haya muchos más militantes sensatos y prudentes que excitados y agresivos".Con el reconocimiento de que la existencia de la propia Convergència está en juego, Pujol ha dado un giro significativo en sus manifestaciones públicas sobre una crisis que, hasta ahora, pretendía minimizar destacando el supuesto carácter personal de la dimisión de Roca y la relación de ésta con las discrepancias entre el ex secretario general y Unió Democrática, el socio de CDC.

El líder nacionalista reiteró ayer su oposición a "etiquetajes basados en personas" y reclamó un debate basado en ideas y objetivos. En su ánimo, según han destacado colaboradores de Pujol, está el dotar con unas nuevas señas de identidad a los sectores enfrentados en el partido. De esta forma, no habría pujolistas ni roquistas, sino quienes anteponen a todo los intereses de Cataluña y quienes hacen de la colaboración en la gobernabilidad de España un elemento clave de su política. En esta idea subyace la presentación de Roca como un político para el que Cataluña es sólo una etapa intermedia en su carrera y, por tanto, "no sirve a Cataluña, sino que se sirve de Cataluña" para lograr su objetivos. Las etiquetas, a las que tanto denosta Pujol públicamente, estarían servidas y con una crudeza formal mayor: nacionalistas contra españolistas.

Pese a estos antecedentes, Roca se mostró ayer especialmente cauto en unas declaraciones a Radio Nacional. "Sólo tengo una lealtad, que es a mi partido y al propio presidente [Pujol] y se produce desde la identificación en el proyecto a que servimos", dijo el presidente del Grupo Catalán en el Congreso.

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Con todo, la crisis convergente hace mella en todos los niveles del partido. La tensión y el asombro se han apoderado de los 70 diputados de CiU en el Parlament, a quienes se ve deambular por los pasillos y salas de la cámara legislativa divididos en tres grupos: los democristianos de Unió, los partidarios de Pujol y los seguidores de Roca.