Atentado ultraizquierdista contra la Embajada española en Chile, en el último día de la visita del Príncipe

El príncipe Felipe finalizó ayer su visita de cinco días a Chile, después de recorrer la zona de los lagos y un parque nacional en las cercanías de Puerto Varas, a 900 kilómetros al sur de la capital del Estado. Mientras, la Embajada de España en Santiago de Chile fue atacada con explosivos y disparos de metralleta, que no causaron víctimas. Los carabineros detuvieron a dos personas supuestamente pertenecientes al grupo de ultraizquierda Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro. El subsecretario de Relaciones Exteriores, Edmundo Vargas, calificó de "acto demencial" el atentado.

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El príncipe Felipe finalizó ayer su visita de cinco días a Chile, después de recorrer la zona de los lagos y un parque nacional en las cercanías de Puerto Varas, a 900 kilómetros al sur de la capital del Estado. Mientras, la Embajada de España en Santiago de Chile fue atacada con explosivos y disparos de metralleta, que no causaron víctimas. Los carabineros detuvieron a dos personas supuestamente pertenecientes al grupo de ultraizquierda Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro. El subsecretario de Relaciones Exteriores, Edmundo Vargas, calificó de "acto demencial" el atentado.

El príncipe Felipe partió ayer desde Puerto Varas, una ciudad situada en las riberas del Lago Llanquihué, hasta los saltos del Petrohué. Posteriormente recorrió en lancha el lago de Todos los Santos, antes de regresar a Madrid.La visita del Príncipe ha estado enmarcada por algunas manifestaciones protagonizadas por los indios mapuches. El pasado miércoles, en Valdivia, unos 300 mapuches convocados por la organización Consejo de Todas las Tierras protestaron por la visita del heredero de la Corona de España.

El príncipe de Asturias, que se reunió en tres ocasiones con el presidente chileno, Patricio Alwin, es él cuarto miembro de la Familia Real que viaja a Chile desde el comienzo de la democracia, en 1990.

Mientras el Príncipe se encontraba a 900 kilómetros de Santiago de Chile, cuatro presuntos activistas del, grupo ultraizquierdista Fuerzas Rebeldes y Popular es Lautaro (FRPL) atacaron con bombas y disparos la embajada española, sin causar víctimas.

Según la versión de los carabineros, cuatro personas llegaron a la embajada poco antes de las ocho de la mañana de ayer (hora local) en un taxi robado. Tres de ellos bajaron del vehículo y, mientras uno de ellos se parapetaba tras un poste, los otros lanzaron un paquete explosivo por encima de la reja que rodea la residencia diplomática.

Antes de huir, los autores del atentado efectuaron disparos al aire, que fueron respondidos por carabineros que se hallaban de vigilancia en la acera de enfrente. En el tiroteo resultó herido en una mano un vendedor de periódicos, Ricardo Ruiz Lizama, y se presume que uno de los terroristas también resultó alcanzado, ya que en el taxi -abandonado a pocas manzanas de distancia- se descubrieron posteriormente manchas de sangre.

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Un hombre y una mujer fueron detenidos a cuatro kilómetros de distancia, dentro de la operación policial montada por los carabineros tras el atentado. Los sospechosos llevaban armas y un artefacto explosivo.

Los atacantes de la embajada arrojaron octavillas, firmadas por el FPRL, en las que se alude al quinto aniversario del comienzo de las actividades terroristas del grupo, surgido en 1985 tras escindirse la sección juvenil del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) y haber tomado en nombre de Lautaro; uno de los guerreros del pueblo araucano (mapuche), originario del sur de Chile. Los panfletos hacían también referencia al quinto centenario del Descubrimiento y al genocidio de los indios.

El príncipe Felipe estaba acompañado por el embajador, Pedro Bermejo, cuando se produjo el atentato.

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