Seles, incontestable en Flushing Meadows

Los sueños de Arantxa Sánchez Vicario (la quinta cabeza de serie) de ganar su segundo torneo del Grand Slam y el primero en una pista rápida se desvanecieron ayer bajo un bello, pero cruel, sol de otoño neoyorquino. La yugoslava Mónica Seles (la primera) la derrotó por 6-3 y 6-3 en una hora y 29 minutos para proclamarse de nuevocampeona del Open de Estados Unidos y ganar 500.000 dólares (unos 46,5 millones de pesetas) y su tercer título grande de la temporada tras los del Open de Australia y Roland Garros. Como consuelo, la tenista española recibió 250.000 y superó el millón de dólares en prem...

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Los sueños de Arantxa Sánchez Vicario (la quinta cabeza de serie) de ganar su segundo torneo del Grand Slam y el primero en una pista rápida se desvanecieron ayer bajo un bello, pero cruel, sol de otoño neoyorquino. La yugoslava Mónica Seles (la primera) la derrotó por 6-3 y 6-3 en una hora y 29 minutos para proclamarse de nuevocampeona del Open de Estados Unidos y ganar 500.000 dólares (unos 46,5 millones de pesetas) y su tercer título grande de la temporada tras los del Open de Australia y Roland Garros. Como consuelo, la tenista española recibió 250.000 y superó el millón de dólares en premios (unos 93 millones de pesetas) en un solo año por primera vez en su carrera.

El coraje de Arantxa Sánchez y su firme progresión se estrellaron en Flushing Meadows contra la fortaleza de Mónica Seles, que siempre dio primero y jugo, pues, con el marcador a su favor. La yugoslava, en efecto , acertó a colocarse con un contundente 5-0 en la, primera manga gracias a sus garrotazos con su brazo izquierdo. Cualquier otra rival se habría rendido a la evidencia de su superioridad. La española, por supuesto, no. Arantxa reaccionó, rompió su servicio y llegó a amenazarla con un 5-3 antes de caer por 6-3 en 42 minutos. En la segunda sucedió casi lo mismo, pues Seles dispuso de un 2-0 y un 4- 1. No obstante, la resistencia de Arantxa todavía fue mayor e incluso llegó a crisparla. Al cabo, su sexta pelota de partido fue la decisiva para anotarse otro 6-3 en 47.Arantxa Sánchez, que había vencido por vez primera a Mónica Seles precisamente en su enfrentamiento anterior, en el Open de Canadá, incurrió en 43 errores no forzados mientras que ésta únicamente lo hizo en 23. La fría estadística resumió de esa manera su derrota en un partido en el que, sin embargo, su temperamento caliente la impulsó a no decaer nunca y a intentarlo todo. Por ejemplo, subió a la red en 31 ocasiones, muchas más de las que acostumbra. Lo que sucedió sencillamente es que Seles, que necesitaba esta victoria para mantenerse como la número uno mundial por puntos, exhibió su característico temple ganador y no realizó ninguna concesión. "La verdad es que, al comienzo, estaba muy nerviosa por la trascendencia del partido. Quería ganar los puntos con rapidez e incurría en lo contrario: los perdía. Me temo que me precipité muchas veces", resumió Arantxa.

Edberg, finalista

Por otra parte, el sueco Stefan Edberg (el segundo cabeza de serie), el campeón vigente, volvió a conseguir el acceso a la final al derrotar al norteamericano Michael Chang (el cuarto) en un maratón de cinco horas y 26 minutos por 6-7 (3-7), 7-5, 7-6 (7-3), 5-7 y 6-4. Edberg disputará el título hoy frente al vencedor del encuentro entre los también estadounidenses Jim Courier (el primero) y Pete Sampras (el tercero), el cual se disputó después del cierre de esta edición. La victoria de Edberg se considera extraoficialmente la más larga de la historia del Open al superar en 26 minutos el récord establecido en la cuarta ronda por el alemán Boris Becker y el ahora norteamericano Ivan Lendl, checoslovaco de origen.

El nuevo nombre de Edberg debería ser Hotidini. Ha vivido el torneo entero al borde del precipicio atado a una cuerda floja. Ayer, ante Chang, fue la tercera vez consecutiva que remontó una diferencia desfavorable en el quinto set para ganar. Su servicio le falló desde el principio y no tuvo más remedio que sobrevivir como pudo. No fue hasta la quinta manga, cuando perdía por 2-4, cuando se mostró como un as.

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