ATLETISMO

Cacho ofrece hoy en Zúrich la revancha olímpica a Morceli a ritmo de récord

Fermín Cacho afronta hoy su primera carrera como campeón olímpico de 1.500 metros. Lo hace en la reunión más elitista del mundo, la de Zúrich. En juego está algo más que una revancha, porque las liebres van a lanzar la carrera a un ritmo récord. Él y el argelino Morceli son los únicos llamados a suceder al marroquí Said Auita, cuyo récord mundial (3.29,46 minutos) dura ya siete años. "El organizador quiere una carrera rápida y me parece estupendo", dice Cacho. Sin embargo, ayer desconocía los detalles: "No me preocupan porque cualquier ritmo me parecerá bueno".

Cacho quiere correr por d...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Fermín Cacho afronta hoy su primera carrera como campeón olímpico de 1.500 metros. Lo hace en la reunión más elitista del mundo, la de Zúrich. En juego está algo más que una revancha, porque las liebres van a lanzar la carrera a un ritmo récord. Él y el argelino Morceli son los únicos llamados a suceder al marroquí Said Auita, cuyo récord mundial (3.29,46 minutos) dura ya siete años. "El organizador quiere una carrera rápida y me parece estupendo", dice Cacho. Sin embargo, ayer desconocía los detalles: "No me preocupan porque cualquier ritmo me parecerá bueno".

Cacho quiere correr por debajo de 3.32 minutos para mejorar su marca personal. Y su principal rival de hoy, Morceli, también. Éste fue séptimo en la final olímpica, posición totalmente engañosa ya que tres días después establecía la mejor marca del año en la reunión de Montecarlo, con 3.32.75 minutos. Morceli, en los Juegos, fue claramente inferior en una carrera táctica y lenta, y ahora está por ver si también lo es en una prueba lanzada y rápida.Cacho no teme el enfrentamiento: "Moralmente estoy preparado para no temer a nadie. Pero exactamente igual que antes de los Juegos. Mi actitud no ha cambiado por la medalla de oro, que circunstancialmente la gané yo".

No obstante, quien ahora manda en las carreras es él. Pero no quiere ejercer ese derecho. Porque se ve tan en forma que le da igual correr rápido o lento: "Las condiciones del ritmo me correspondería fijarlas a mí, pero como me vale cualquiera, lo que diga Morceli me parecerá bien".

Los intereses de Morceli son los de correr muy rápido -el año pasado lo hizo en 3.31 minutos-, única fórmula que le permitiría tener alguna posibilidad de imponerse en la revancha olímpica. Este ritmo permitiría descubrir hasta dónde es capaz de llegar Fermín Cacho, que después de todo un año de entrenamiento aún no ha tenido la oportunidad de sacar a relucir en una carrera rápida todo el trabajo acumulado.

"A récord del mundo no creo", dice el atleta, "al menos lo pongo en duda antes de la carrera. Todo dependerá luego de cómo se encuentre Morceli, de cómo me encuentre yo mismo y todos los demás participantes, que también habrá que contar con ellos porque el nivel este año es muy igualado".

Del resultado de ésta carrera dependerá si Cacho pone fin a la temporada o si vuelve a correr el viernes de la próxima semana en Bruselas, independientemente de que acuda en septiembre a la Copa del Mundo, en Cuba, como titular del equipo europeo: "Cuando consigo un objetivo me cuesta trabajo no relajarme. Estoy tratando de que no sea así, y por eso llevo una vida muy ajetreada desde que terminaron los Juegos, porque tengo que atender a los compromisos y atenciones sin descuidarme en los entrenarnientos".

Cacho no será el único participante español. García Chico, medallista en pértiga, se las volverá a ver con Bubka, y Abel Antón con los fondistas kenianos a los que ya ganó en Barcelona. Maite Zúñiga, por su parte, tendrá la ocasión de correr los 1.500 metros en menos de cuatro minutos, y Tomás de Teresa, de resarcirse del error que cometió en los 800 metros y que le impidió correr una final de alto nivel.

Cita de estrellas

La reunión de Zúrich será también cita deotras grandes estrellas en pos de los récords, que componen el gran aliciente de estas competiciones. La plusmarca tiene. una cotización oficial, 25.000 dólares (2.600.000 pesetas), que supone doblar la cantidad que perciben las figuras sólo por participar. El presupuesto de la reunión de hoy es de 300 millones de pesetas.En todas las pruebas habrá atletas que tratarán de saldar cuentas que quedaron pendientes en los Juegos. Carl Lewis, por ejemplo, anunció que es capaz de correr los 100 metros en 9.90 segundos.

Otro estadounidense, Mike Marsh, se quedó en Barcelona a una centésima del récord mundial de 200 metros (21.72 segundos) porque se paró a cinco metros de la meta para reservar fuerzas ante la final. En Zúrich también dispondrá de una gran ocasión para realizar la marca que demostró valer.

Los 400 metros serán también punto de atención. Quincy Watts aparece como principal protagonista de una distancia en la que sólo los atletas estadounidenses son capaces de correr en menos de 44 segundos.

En las carreras de fondo la inscripción de los atletas kenianos es masiva.

Archivado En