La nueva imagen del Madrid quedó en evidencia pese a su triunfo en Alicante

Benito Floro tiene aún mucho trabajo por hacer como entrenador del Real Madrid. La revolución táctica que pretende llevar a cabo en su equipo está verde. El nuevo técnico madridista logró vestir su estreno con una victoria, aunque obtenida ante un rival peleón pero que no pasa de ser un Segunda B.Los primeros minutos del partido abrieron camino a la esperanza. Los delanteros madridistas presionaron donde tenían que hacerlo, y el resto de líneas adelantó los metros necesarios para que el rival quedara ahogado en cuanto intentó sacar la pelota de su área. El efecto fue fulgurante: un robo de bal...

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Benito Floro tiene aún mucho trabajo por hacer como entrenador del Real Madrid. La revolución táctica que pretende llevar a cabo en su equipo está verde. El nuevo técnico madridista logró vestir su estreno con una victoria, aunque obtenida ante un rival peleón pero que no pasa de ser un Segunda B.Los primeros minutos del partido abrieron camino a la esperanza. Los delanteros madridistas presionaron donde tenían que hacerlo, y el resto de líneas adelantó los metros necesarios para que el rival quedara ahogado en cuanto intentó sacar la pelota de su área. El efecto fue fulgurante: un robo de balón tras otro. Pero fue un espejismo. El Hércules se dio cuenta que tenía que huir de la banda para iniciar su ataque, y todo el sistema de Floro se vino abajo.

Floro quiere imponer un sistema que precisa de la total coordinación de todos sus hombres. Pero por lo visto ayer, ésa está todavía muy lejos. Los cuatro defensas fueron desbordados excesivas veces por unos desconocidos. Bastaba un cambio de juego para hacer trizas la línea. La teórica defensa mágica no gustó. Sanchís, reconvertido a lateral derecho, no aportó nada.

Pero si en el capítulo defensivo el Madrid evidenció excesivas lagunas, en el ofensivo apuntó detalles muy interesantes. Tal vez porque en esta faceta no necesite tanto de el automatismo de los jugadores. Cada uno puede echar mano de sus recursos individuales, y en esto tres o cuatro jugadores están sobrados.

Zamorano es el encargado de rematar los centros que proceden de las bandas, y dada su facilidad para el remate, parece el hombre idóneo. Por lo demás, el centro del medio campo también funcionó en ataque. Toril, una de las grandes sorpresas del teórico equipo titular, dibujó buenas maneras. Prosinecki, aunque acusó falta de ritmo, esbozó que puede ser, como ya anunció el presidente, el auténtico gran fichaje de Madrid 92-93.

El presente Madrid pretende ser distinto al de las dos últimas temporadas y lo es. Pero mantiene un peligroso nexo de unión: los nervios de los. jugadores, su falta de confianza. Tal vez ese fue el motivo por el que la imagen del equipo quedó en evidencia. El Madrid funcionó en ataque, pero alarmó en defensa. La solución tiene que estar en el tiempo. Aún queda mucho trabajo.

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