Entrevista:

"Estoy muy preocupado por el equipo"

Luis Aragonés, de 54 años de edad, afronta su segunda temporada consecutiva al frente del Atlético de Madrid. Lo hace visiblemente preocupado. Se lamenta de la falta de tiempo, para realizar una pretemporada digna, de las lesiones sufridas por algunos de sus jugadores claves, de las nuevas normas de la FIFA, de casi todo. Pero no renuncia a nada. Confía, por eso, en la consecución del título de Liga, un trofeo que le da la espalda a él y a su equipo desde hace 16 años. "El fútbol se ha hecho para ganar", proclama.

El Atlético inicia la temporada entre la euforia del presidente, Jesús Gi...

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Luis Aragonés, de 54 años de edad, afronta su segunda temporada consecutiva al frente del Atlético de Madrid. Lo hace visiblemente preocupado. Se lamenta de la falta de tiempo, para realizar una pretemporada digna, de las lesiones sufridas por algunos de sus jugadores claves, de las nuevas normas de la FIFA, de casi todo. Pero no renuncia a nada. Confía, por eso, en la consecución del título de Liga, un trofeo que le da la espalda a él y a su equipo desde hace 16 años. "El fútbol se ha hecho para ganar", proclama.

El Atlético inicia la temporada entre la euforia del presidente, Jesús Gil; la preocupación del técnico, Luis Aragonés, y el aparente nerviosismo de los jugadores. Los entrenamientos están cargados de broncas, gritos, miradas asesinas... No hay la calma de otras veces.

Pregunta. Esto no va del todo bien.

Respuesta. La pretemporada funciona, pero no algunas cosas. Con éste se acumularán dos años de poco trabajo antes de la competición por culpa de la Copa. Hay cinco titulares, Solozábal y López, en los Juegos Olímpicos, y Vizcaíno, Futre y Manolo, lesionados, que, sobre todo el último, me inquietan mucho. Están perdiendo unos días preciosos. La primera jornada ya está ahí y estoy muy preocupado.

P. Por lo que comenta, es un problema de difícil solución.

R. Claro, nos falta tiempo. Por eso estoy más preocupado de lo habitual. Una pretemporada es el granero que alimenta al jugador para estar en forma todo el año. Si no se aprovecha, no hay nada que hacer.

P. En el pasado, su optimismo salvó al equipo. ¿Puede hundirle su inquietud actual?

R. Es que la confianza no se alimenta con mentiras. Yo tengo que trasladar a los jugadores mi preocupación y, a la vez, insuflarles ánimos. Tendré que echar mano de otra gente que habrá de superarse y sufrir. Con todo, sé que debo ser el más fuerte y el que más confianza transmita.

P. Para colmo, parece que hay mucho nerviosismo en los entrenamientos.

R. Eso no tiene importancia. Cuando uno no corre lo suficiente, se le llama la atención y ya está. Me siento satisfecho de la entrega general.

P. Problemas al margen, su apuesta se basa en la continuidad. ¿Es la llave del éxito?

R. Sí, pero. no sólo en el fútbol. Para hacer una casa o montar un despacho necesitas una continuidad. Además, estoy muy contento con lo que tengo: una interesante mezcla de veteranía y juventud y un sistema muy apropiado para mi gente, que, además, aprende fácilmente. Es que las cosas, con tiempo, salen perfectas.

P. Además, parece una plantilla muy compensada. A lo sumo, quizá, falta de alguien capaz de suplir a Schuster.

R. Puedo amoldar a cada puesto a varios jugadores. Incluso a Schuster le pueden suplir. Pero tener dos Schusters es difícil. No los hay en el mundo.

P. ¿También va a haber continuidad táctica?

R. El sistema va ser el mismo, pero mejorado. Mi estrategia tiene alguna variante más. La base es tratar de tener más el balón. Luego, hay que tratar de dar retoques en el ataque para que, cuando los contrarios te conozcan, se pueda entrar por algún camino sorprendente.

P. ¿Ha aprendido algo en. el Campeonato de Europa de selecciones y en los Juegos?

R. He visto cosillas. Pero lo que he aprendido es distinto. Los cambios que se tratan de introducir son de una ridiculez espantosa. Es echar al portero todas la culpas, es acabar con el espectáculo. No sirve de nada. Quedan interrogantes y, además, ya sabemos que la unificación de criterios arbitrales brilla por su ausencia.

P. Usted sostenía que el Atlético es un campeón siendo el tercero. ¿Mantiene su criterio?

R. Sigo pensando igual. Pero quiero ser el primero. El fútbol se ha hecho para ganar. En mi ánimo, quedar el tercero o el cuarto no es nada. Lo único que me sirve es ganar la Liga. Si no, no habré triunfado. Pero las metas deben asumirse con los pies en el suelo y sin olvidar que hay más equipos en la competición.

P. Gil dice que el Atlético es el mejor de Europa.

R. Le conozco y sé que habla con el corazón. Yo llevo mucho tiempo en esto y sé que para decir esas cosas hay que demostrarlas. Podemos ganar a cualquiera. Pero necesitamos títulos. Lo demás son sólo palabras. De poco te sirve ser el mejor si no ganas.

P. ¿Siguió al lado de Gil porque sabía que no se haría cargo del conjunto nacional?

R. En esta ocasión no lo habría aceptado. Es una cuestión personal sin importancia. Sería un orgullo. Pero no ahora. Se me ha escapado ese tren. Me restan pocos años en esto.

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