FINAL DE LA COPA DEL REY

"¡Vikingos, la Copa se mira, pero no se toca!"

Euforia atlética tras revalidar el título

M. G./ J. M., La fiesta comenzó en el terreno de juego. Allí los jugadores se fundieron uno a uno en interminables abrazos, mientras Luis Aragonés presenciaba el espectáculo desde el banquillo, con emoción contenida. Ya en los vestuarios, la alegría aumentó. "¡Vikingos, la Copa se mira, pero no se toca!", fue el grito que expresó la euforia de los jugadores atléticos.

Jesús Gil fue recibido en el vestuario por sus jugadores con una ducha de cava. Bernd Schuster y Paulo Futre, nada más advertir que el presidente estaba allí, se dirigieron hacia él y le rociaron de arriba abajo. Gil, sin ...

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M. G./ J. M., La fiesta comenzó en el terreno de juego. Allí los jugadores se fundieron uno a uno en interminables abrazos, mientras Luis Aragonés presenciaba el espectáculo desde el banquillo, con emoción contenida. Ya en los vestuarios, la alegría aumentó. "¡Vikingos, la Copa se mira, pero no se toca!", fue el grito que expresó la euforia de los jugadores atléticos.

Jesús Gil fue recibido en el vestuario por sus jugadores con una ducha de cava. Bernd Schuster y Paulo Futre, nada más advertir que el presidente estaba allí, se dirigieron hacia él y le rociaron de arriba abajo. Gil, sin protestar por el remojón, mostraba su alegría. "Me ha dicho Luis que éste puede ser el mejor equipo del Atlético de los últimos 25 años. Hay que tenerle respeto al Real Madrid porque ha acusado perder la Liga en Tenerife. Lo que he aprendido es que un equipo para Europa no se hace en un año"", dijo.El presidente del Atlético recibió la felicitación de Ramón Mendoza. "Ganar en el Bernabéu tiene además un morbo especial", reconoció.

"Soy el hombre más feliz del mundo", dijo Schuster con lágrimas en los ojos. "Nos ha costado mucho. En la primera parte hemos controlado bien y en la segunda quisimos conservar el resultado. Pero pudimos ganar por más diferencia. Es muy especial para mí ganar en el Bernabéu, porque siempre que vengo tengo que demostrar que se equivocaron al echarme".

Futre, la estrella rojiblanca anoche, dedicó el triunfo a su familia: ""Y a mi otra familia, la rojiblanca". Para el portugués, el triunfo en la Copa del Rey fue una compensación por haber perdido la Liga. Abel cree que la victoria de ayer tuvo un valor añadido: "Con esta Copa hemos compensado la Liga que no pudimos conseguir". Roberto Solozábal piensa, en cambio, en el futuro: "Parece que a partir de ahora vamos a ser grandes. El público se ha portado bien con nosotros y este triunfo se lo hemos brindado a todos los aficionados. Ha sido un final de temporada feliz para la afición". Mientras, Vizcaíno añadía: "Vamos a disfrutar de las merecidas vacaciones. Lo principal es formar un grupo de amigos, un colectivo que dé sus frutos, como este".

Celebración en Neptuno

Los jugadores abandonaron en autobús el estadio Bernabéu, desde donde se dirigieron a la Plaza de Neptuno que se ha convertido en el lugar de celebraciones para los aficionados rojiblancos. Allí, el equipo fue recibido con gritos de "¡campeones, campeones!". La fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada.

La otra cara, la de la desolación, la ofrecía Emilio Butragueño: "El Atlético ha sido mejor. Cuando te juegas un título lo puedes ganar o perder. El primer gol les ha venido bien, porque a ellos les gusta el contragolpe. Ha habido oportunidades para habernos acercado (0-1) con la ocasión de Alfonso y luego con el penalti fallado por Michel. Hemos estado en todo hasta el final. A nosotros la moneda nos ha caído para el otro lado". El Buitre, al hacer balance del año, dijo: "Ha sido malo. Hemos estado en dos finales y las hemos perdido las dos. En 12 años de carrera he tenido años buenos y malos. Los dos últimos han sido malos".

Paco Buyo, portero del Madrid, reconoció: "Tuvieron más fortuna y hay que darles la enhorabuena. El Madrid seguirá en su línea: intentando ganar. Éstos son momentos amargos, pero el fútbol tiene estas cosas".

Michel, Sanchis y Hierro no quisieron hacer declaraciones. Todos abandonaron el estadio profundamente afectados. Michel se cruzó con Solozábal y le felicité. Mientras, Mendoza, que se reunió con sus jugadores en el vestuario, abandonó por una puerta trasera el estadio. Su rostro reflejaba la preocupación ante el difícil futuro de la entidad y de él mismo.

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