Francia no convence en su debú ante Suecia

ENVIADO ESPECIALHace cuatro años, Holanda perdió su primer partido, pero gustó. Ayer, Francia no perdió, pero ni hizo honor a su condición de favorito ni gustó. Le bastó a Suecia un sistema y un fútbol rudimentarios para confirmar que la selección de Michel Platini no es lo que, fue.

Los franceses abrieron las hostilidades prodigando amenazas. La rapidez y la picardía del Balón de Oro Papin amenazaban con ri diculizar a Eriksson, ese desconocido chaval del Norkoeping. El tahitiano Vahirua amenazaba con agudizar la calvicie del lateral derecho Nilsson. Y, sobre todo, Angloma amena...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

ENVIADO ESPECIALHace cuatro años, Holanda perdió su primer partido, pero gustó. Ayer, Francia no perdió, pero ni hizo honor a su condición de favorito ni gustó. Le bastó a Suecia un sistema y un fútbol rudimentarios para confirmar que la selección de Michel Platini no es lo que, fue.

Los franceses abrieron las hostilidades prodigando amenazas. La rapidez y la picardía del Balón de Oro Papin amenazaban con ri diculizar a Eriksson, ese desconocido chaval del Norkoeping. El tahitiano Vahirua amenazaba con agudizar la calvicie del lateral derecho Nilsson. Y, sobre todo, Angloma amenazaba destruir la franja izquierda de la defensa sueca al actuar muy adelantado por la banda. derecha y exigirle a Limpar, uno de los más inspirados de los anfitriones, un trabajo sacrificado muy reñido con sus preferencias.

Pero con el paso de los minutos se veía que detrás de las amenazas no había ni puños ni pistolas. Apareció un conjunto a la imagen de un Cantona que, a base de taconazos de lujo, quiso servir postres, pero olvidando el plato principal. Empezaron a hacerse notar los defectos franceses. Un líbero, Blanc, que salía a destiempo y con mal criterio, y un centro del campo incapaz de aprovechar los espacios entre las dos líneas de cuatro erigidas por el clásico 4-4-2 de los suecos.

Francia decepcionaba lo suficiente para dejar brillar las limitadas cualidades de una selección sueca cor reosa y entusiasta con su capitán, Thern, una fuerza dominante en la parcela central. Mereció la ventaja conseguida cuando la defensa francesa estuvo tan obsesionada, con los gigantes Ingesson y Andersson, que permitió el cabezazo del enano Eriksson.

Platini, avergonzado dé un centro del campo que desentonaba tan flagrantemente del suyo de 1984, dio entrada a Perez tras el descanso. Francia respondió dando pena. Pero cuando Suecia daba una sauna a sus invitados, fue traicionada por su inocente defensa. Un pase largo de Perez desde la izquierda llegó perfectamente para Papin, que había ganado la espalda al último defensa. El balón de oró fue rematado impecablemente por su homónimo. Con el gol nació otra Francia, fortalecida por Fernández en el centro del campo y, tardíamente, con más ideas ofensivas frente a un conjunto que apuraba sus fuerzas.

Pero de aquella Francia tan espectacular en la fase clasificatoria cabe esperar un fútbol con menos lunares que los vistos en el Estadio Rasunda. Inglaterra y Dinamarca (La 2, 20.15 horas) completan hoy la primera jornada del Grupo 1. La prensa inglesa describe a su selección como "el peor equipo que jamás hemos enviado a una fase final", mientras en la concentración danesa hay ambiente de cierta vergüenza entre los jugadores por haber sustituido a Yugoslavia por cuestiones políticas.

Archivado En