Benegas y Leguina exponen sus diferencias desde "Ia lealtad"

El secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, han mantenido una entrevista, que ha querido guardarse en secreto, de la que salieron satisfechos, ya que "hablaron lealmente como personas que están en el mismo proyecto", según fuentes conocedoras de lo allí tratado. Benegas convocó a Leguina para que explicara las críticas que había efectuado semanas atrás sobre el funcionamiento de la ejecutiva, aunque este asunto lo solventaron enseguida.

Ambos políticos hablaron del futuro del partido socialista y constataron que ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, han mantenido una entrevista, que ha querido guardarse en secreto, de la que salieron satisfechos, ya que "hablaron lealmente como personas que están en el mismo proyecto", según fuentes conocedoras de lo allí tratado. Benegas convocó a Leguina para que explicara las críticas que había efectuado semanas atrás sobre el funcionamiento de la ejecutiva, aunque este asunto lo solventaron enseguida.

Ambos políticos hablaron del futuro del partido socialista y constataron que éste era un momento en el que todos los dirigentes que quieren participar en las "decisiones que haya que tomar a medio plazo en el partido" están tomando posiciones. Por el resultado satisfactorio de la reunión mantenida a principios de esta semana el secretario de Organización del PSOE y el presidente de la Comunidad de Madrid, a decir de personas de la máxima confianza de ambos políticos, parece que a todos ha venido bien que Joaquín Leguina criticara semanas atrás el funcionamiento de la ejecutiva federal.

En esas declaraciones el presidente de autonómico afirmó que había dos ejecutivas. Una, la constituida por los. cargos ejecutivos, y la segunda, formada por los vocales, con quienes no se contaba para tomar las decisiones importantes. Posteriormente, en declaraciones a este periódico, Joaquín Leguina reiteró sus reproches al aparato del PSOE.

Según las fuentes informantes, Txiki Benegas manifestó a Leguina la conveniencia de que ese tipo de críticas las formulara en los órganos de dirección del partido socialista y no públicamente.

No obstante, este asunto llevó poco tiempo, ya que de ello habían hablado con anterioridad en varias conversaciones telefónicas. "Lo importante es que se habló de temas sustanciales y sustantivos", señaló una persona del entorno del presidente madrileño que destacó lo siguiente: "Han hablado lealmente como personas que pertenecen al mismo proyecto".

Después del 93

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El futuro del partido fue el asunto en el que centraron especialmente su conversación. Estos políticos expresaron su convicción de que el presidente del Gobierno y secretario general, Felipe González, será el candidato del PSOE en las elecciones de 1993, aunque reconocieron que en algunos sectores del partido existía temor de que no fuera así. No obstante, sus respectivos análisis fueron más allá de 1993 y barajaron diversas hipótesis, aunque sin extraer conclusiones, sobre los distintos movimientos que habrá en el partido hasta 1997 y los cambios que se producirán en el próximo Congreso Federal del PSOE, que se celebrará dentro de dos años.

Precisamente el lento pero ininterrumpido proceso de "torna de posiciones", como dicen en el PSOE, para el futuro es un hecho desde hace ya muchos meses, aunque el resurgir del vicesecretario general, Alfonso Guerra, le ha dado un nuevo impulso. "Cada cual quiere tener su propio espacio de opinión para cuando llegue el momento", según palabras de un dirigente histórico del PSOE.

Por un lado, se encontrarían algunos secretarios regionales y presidentes autonómicos, entre los que destaca el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono; por otro lado, lo que se llama el núcleo del felipismo, entre los que estarían el ministro de Educación, Javier Solana, y el ex ministro Joaquín Almunia.

Un tercer grupo, "los románticos", como les llaman en la dirección del PSOE, que se resisten a dar por muerto el modelo basado en la unidad del partido y la Unión General de Trabajadores (UGT), y al que habría que añadir a los representantes de Izquierda Socialista.

Miembros de esta corriente crítica del PSOE quisieron poner de manifiesto con los hechos su apoyo a los sindicatos. Así lo hicieron al acudir el pasado jueves, jornada de paro general, a la manifestación convocada en Madrid por las centrales.

Manuel de la Rocha, Antonio García Santesmases y Luis Gómez Llorente se sumaron a la protesta sindical contra la política económica del Gobierno.

Miembros del ala crítica manifestaron ayer, no sin cierta irritación, la "unidad del discurso de guerristas y antiguerristas contra los sindicatos".

Sobre la firma

Archivado En