Una, maleta con un nino muerto

La secuestradora de un escolar coruñés envía por Seur su cadáver a Madrid

Pablo Rodríguez Pérez, un niño de 12 años tímido y retraído, con una verdadera pasión por el fútbol, mur¡ó asesinado al mediodía del pasado martes en el 50 B del número 21. de la calle del Hospital de La Coruña, mientras en el 60 B su madre se preguntaba los motivos del retraso en llegar de clase. Nadie en la ciudad, ni la policía, ni los vecinos, encontraron los motivos por los que una mujer de 52 años, Pilar Mazaira Álvarez, pudo matar al menor de los hijos de su vecina Purificación Pérez y enviara después el cuerpo a Madrid dentro de una maleta.Pablo salió a la una de la tarde del colegio d...

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Pablo Rodríguez Pérez, un niño de 12 años tímido y retraído, con una verdadera pasión por el fútbol, mur¡ó asesinado al mediodía del pasado martes en el 50 B del número 21. de la calle del Hospital de La Coruña, mientras en el 60 B su madre se preguntaba los motivos del retraso en llegar de clase. Nadie en la ciudad, ni la policía, ni los vecinos, encontraron los motivos por los que una mujer de 52 años, Pilar Mazaira Álvarez, pudo matar al menor de los hijos de su vecina Purificación Pérez y enviara después el cuerpo a Madrid dentro de una maleta.Pablo salió a la una de la tarde del colegio de los Salesianos, que está a unos 50 metros de la casa. Algunos vecinos vieron a esa hora en el portal a la vecina del 50 B, que según la reconstrucción de la policía atrajo con algún engaño al niño a su casa, lo golpeó tres veces y lo estranguló.

"No está desequilibrada, es mala", calificaba la criada de la familia a la presunta asesina que estuvo y está en tratamiento psiquiátrico. La policía no aventura los posibles móviles, pero el más probable es el dinero: un rescate de 30 millones. Sin embargo, los pasos que presuntamente dio Pilar Mazaira después del crimen rozan el delirio.

Á las tres de la tarde del martes la vieron salir de casa arrastrando un bulto muy pesado que el taxista al que había llamado la ayudó a colocar en el maletero. También en la estación de tren, adonde llegó después de cambiar de taxi, la tuvo que ayudar un ciudadano a guardar el bulto en una consigna automática.

A las 15.30, una voz femenina simulando acento francés llamó a Purificación Pérez diciéndole que una organización internacional tenía secuestrado al niño, con otros dos más, y que más tarde se pondría de nuevo en contacto para dar instrucciones. "La madre de Pablo reconoció algo la voz", explicaba ayer el portavoz de la familia en el Instituto Anatómico Forense de Madrid, mientras el padre, separado de su mujer, se deshacía en llantos. El abuelomaterno de niño, un ex taxista originario de Monforte (Lugo), dispone al parecer de varias propiedades inmobiliarias cuyo valor supera con creces esa cifra. Entre ellas, un gimnasio en La Coruña en el que eran socias su hija y Pilar Mazaira.

A las cinco de la tarde, la vecina del 50 B llamaba para especificar que quería 30 millones en billetes de 2.000 a 10.000 pesetas y dedicaba el resto de la tarde a hacer compras, entre ellas una maleta grande. A última hora se fue a la estación e introdujo en la maleta el contenido de la consigna automática. A las 20.55, en una oficina de Seur, firmaba como Jacqueline el envío urgente Seur 24 Horas -"a recoger, sin destinatario"- a Madrid.

Pilar Mazaira pasó esa noche del martes en casa de una amiga suya y de la madre de Pablo "porque estaba algo nerviosa". Mientras, en la calle, dos dotaciones policiales esperaban en vano acompañadas de un hermano mayor de Pablo.

La vecina del 50 B fue detenida al mediodía del miércoles cuando venía de preguntar en la agencia de transportes si el envío había llegado a destino. Había llegado. Pero, alertados desde La Coruña, inspectores de homicidios de Madrid descubrieron poco después en su interior el cuerpo de Pablo maniatado. Con él, su cartera del colegio.

Los empleados de Seur han reconocido a Pilar Mazaira y recuerdan que tuvieron que ayudarla con la maleta. "Tuvimos que cogerla entre varios. Pesaba 50 kilos".

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