"Mi madre era adicta a los tranquilizantes"

Patti Davis, hija de Ronald y Nancy Reagan, describe el hogar paterno en su nuevo libro

La voz de Patti Davis, de 39 años, no titubea cuando describe lo que ella define como años de abuso a manos de su madre, la ex primera dama de EE UU Nancy Reagan. La verdad es que se mostró bastante alegre en el curso de una entrevista telefónica anunciando su nuevo libro autobiográfico Tal como yo lo veo (The way I see it), en el que afirma que su madre era adicta a los tranquilizantes, y describe a su padre, el ex presidente Ronald Reagan, como distante e indiferente."Me siento ahora más feliz", dice, "porque ya no contemplo el mundo desde el punto de vista de la víctima...

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La voz de Patti Davis, de 39 años, no titubea cuando describe lo que ella define como años de abuso a manos de su madre, la ex primera dama de EE UU Nancy Reagan. La verdad es que se mostró bastante alegre en el curso de una entrevista telefónica anunciando su nuevo libro autobiográfico Tal como yo lo veo (The way I see it), en el que afirma que su madre era adicta a los tranquilizantes, y describe a su padre, el ex presidente Ronald Reagan, como distante e indiferente."Me siento ahora más feliz", dice, "porque ya no contemplo el mundo desde el punto de vista de la víctima". En su libro, Patti hace una desagradable descripción de la vida en el hogar de los Reagan.

Han pasado más de tres años desde que Reagan salió de la Casa Blanca, y los cargos que hace ahora su hija seguramente van a lesionar aún más su imagen de hombre amable y hogareño. Ronald Reagan trató durante su mandato presidencial de aparecer como ejemplo moral para la nación.

Patti cuenta que su madre le pegó durante años y que su padre simplemente ignoró las problemáticas relaciones entre las dos mujeres, rechazando saber lo que estaba ocurriendo bajo su propio techo. "Recuerdo la primera vez que me sacudió mi madre cuando yo tenía ocho años. Esto fue aumentando conforme me hacía mayor, y se convirtió en un acontecimiento semanal y a veces diario". Estos abusos, dice, continuaron hasta que estuvo en su segundo año de colegio, pero, a pesar de ello, nunca trató de devolver el tortazo a su madre. Ni siquiera se le pasó por la cabeza, y eso que con el tiempo llegó a ser más alta y fuerte que la pequeña Nancy. "Estaba tan atemorizada que mi madre me parecía enorme".

Las otras personas a quienes también alcanzaba la ira de su madre eran las criadas y los jardineros de la familia. Patti dice que este comportamiento era producto de una infancia atormentada y solitaria.

Su padre siempre rechazaba que hubiese abusos físicos incluso cuando se enfrentaba con el tema. "Patti, eso nunca ha ocurrido", afirma que le decía su padre cuando le contaba los golpes de su madre. "Si no quería verlo, no lo veía", dice, y añade que esto lo aplicó su padre tanto a la vida familiar como a la presidencia de EE UU.

Patti Davis explica también que ella y su madre compartieron la adicción a las drogas prescritas facultativamente. Ella fue "gravemente adicta" a las píldoras de régimen alimenticio durante años y su madre empezó a engullir píldoras en los años cincuenta..., una costumbre que continuó incluso cuando los Reagan llegaron a la Casa Blanca.

"Mi madre empezó con Miltown, un tranquilizante corriente en los años cincuenta y sesenta, y luego subió la escala con las drogas de moda: Valium, Librium, Seconal...". Su padre lo sabía, pero no vio en ello ningún problema.

Las relaciones de Patti con sus padres han sido pésimas durante años, y dice que no anticipa ninguna reconciliación por ahora.

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