El Estudiantes se impone con comodidad en León

Para Estudiantes se trataba mucho más que de la lucha por conseguir el primer peldaño de la eliminatoria. Lo que estaba en juego era la resaca de Estambul. Observar cómo respiraba el equipo tras el tropiezo europeo. Si se iba a venir abajo o conseguiría recuperar la alegría de antes. Si el talento y el descaro, en suma, se iban a imponer al miedo y los nervios en las muñecas. Y hubo un poco de todo.Porque Elosúa tuvo contra las cuerdas a los toreros. Fue en la primera mitad. En Estudiantes nadie cumplía su papel. La defensa carecía de ayudas y agresividad y el ataque de precisión. Los l...

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Para Estudiantes se trataba mucho más que de la lucha por conseguir el primer peldaño de la eliminatoria. Lo que estaba en juego era la resaca de Estambul. Observar cómo respiraba el equipo tras el tropiezo europeo. Si se iba a venir abajo o conseguiría recuperar la alegría de antes. Si el talento y el descaro, en suma, se iban a imponer al miedo y los nervios en las muñecas. Y hubo un poco de todo.Porque Elosúa tuvo contra las cuerdas a los toreros. Fue en la primera mitad. En Estudiantes nadie cumplía su papel. La defensa carecía de ayudas y agresividad y el ataque de precisión. Los leoneses, en cambio, tenían todo lo que le faltaba al rival. Sólo Winslow resistía y a su brazo se cogió el equipo para sobreponerse. Para olvidar Estambul para siempre.

Miguel Ángel Martín consiguió lo que buscaba. Recuperó a su equipo pero sufrió. Porque debió temer lo peor cuando Elosúa se puso 34-23 a siete minutos para el descanso tras un escalofriante parcial de 13-2. Parecía que Estudiantes se iba a caer del todo. Los jugadores tenían su mente aún en Turquía.

Winslow era el único que hacía sobrevivir a los suyos. Todos temblaban pero él mantenía firmes sus piernas y certeras sus manos. Aguantó el tipo. Azofra no daba oxígeno, Pinone y Orenga se las veían y deseaban contra la corpulencia de Brown y Johnson y Herreros sucumbía.

Herreros no conseguía imponer su tiro ante la asfixiante presión de José Alberto González. Tampoco lograba defender al lujo leonés: Xavi Fernández. El caso es que se tuvo que ir a los ocho minutos con un pobre bagaje. Tres puntos (un acierto de tres lanzamientos) y tres personales.

Elosúa ganaba la partida. Desconcertaba a los madrileños con alternativas defensivas -les fue mejor la zona- y les rompían con los lanzamientos de Fernández (15 puntos en la primera mitad, de ellos tres triples). Pero los números de Winslow eran incuestionables (12 puntos, 72% de acierto, 6 rebotes, un tapón y un mate). Soportó al Estudiantes y frustró el intento de escapada de los leoneses.

Miguel Ángel Martín, después de ese minuto 13, dio aire metiendo a Pablo Martínez y el equipo creció. Poco a poco fue recortando ventajas. Tras el descanso, Estudiantes recuperó su lógica. Herreros ya hizo de Herreros y empezó a fulminar con triples al cuadro leonés, que no resistió la tarascada. Acabó siendo el máximo encestador del partido, aunque su aportación sólo surgiera en este segundo tiempo (26, cuatro triples).

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